Leah
Definitivamente despertar escuchando los ladridos de mi perro no es la mejor manera de empezar el día y no solo por sus molestos ladridos, Cyrus está encima de mi cama, ladrando muy cerca de mi oído.
Abro los ojos lentamente y lo miro seria. Sus ladridos cesan pero empieza a pasar su lengua por una de mis mejillas.
—Ya basta —lo reprendo, sigue lamiendo —Detente Cyrus —digo con más firmeza, acomoda su cabeza en mi hombro —Buenos días para ti también.
Tengo que disciplinar a mi perro. No puede subirse en las camas así por así, ya suficiente tengo con que haya destrozado la mitad de mis zapatos, aunque, desde que le compramos los juguetes ha dejado de morderlos.
Salgo de la cama preguntándome por primera vez desde que estoy despierta por Jacob, a penas son las seis de la mañana. No creo que ha esta hora se haya ido para la universidad y menos sin mí.
Entro al baño para hacer mis necesidades y después de lavar mis manos decido ir por mi teléfono, no es normal que Jacob se haya ido sin decir nada.
Le doy a su nombre en mis contactos al mismo tiempo que salgo de mi habitación y escucho una música proveniente del comedor, sigo el sonido y lo encuentro ahí, con un montón de papeles y algunos libros regados en la mesa y su cabeza apoyada en esta.
¿Está dormido?
Me acerco con cuidado después de colgar la llamada, sí, está dormido y el ruido del teléfono a pocos centímetros de su oreja no fue suficiente para despertarlo.
—Jacob... —lo toco por el hombro, se sobresalta —Soy yo.
—¿Qué hora es?
—Ya casi las seis y veinte.
Se para torpemente de su asiento y me rodea la cintura con sus brazos. Beso su mandíbula para después abrazarlo.
—¿Desde cuándo estás aquí? —investigo —¿Qué haces?
—Desde que te dormiste anoche, vine a estudiar, tengo un examen hoy. Me quedé dormido aquí mismo —responde —Recojo esto y nos preparamos para irnos, tengo que estar temprano, Andrew necesita que le explique, anoche no entendió mucho por teléfono.
Asiento.
—Voy a preparar el desayuno.
Nos llevamos unos treinta minutos estar listos. Bajamos al estacionamiento tomados de las manos como si fuera algo normal en nosotros y lleváramos años haciéndolo, pero solo podíamos hacerlo aquí, en el campus tenemos que actuar con total naturalidad.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomansaDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...