Capítulo 45

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Leah

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Leah

Esto de hacer pasteles cada día me estaba gustando más. A penas el día estaba empezando y ya yo estaba preparando otra de esas recetas que copié anoche de YouTube. Ahora que ya había terminado mi primer año universitario, tenía mucho tiempo libre y como teníamos que permanecer unos días más en Boston hasta la graduación de Jacob, este se había hecho mi nuevo hobby.

La cocina estaba echa todo un desastre, polvo de harina en casi todas partes. Preparaba la masa mientras tarareaba la melodía de una canción que no recordaba como se llamaba.

—La película está buena —comenta mi chico entrando a la cocina —Deberías venir a verla.

—Solo termino de preparar esto, lo pongo a hornear y voy contigo. Síguela viendo, después me la cuentas o vemos otra.

Me da un corto beso, agarra una botella de agua y después se retira.

Continuo preparando la masa de lo que pronto será un pastel delicioso, porque sí, cuando empecé ha prepararlos no sabía que me iban a quedar tan bien, pero me quedan realmente deliciosos.

Después de verter la masa en el bol de hornear, lo metí al horno que ya estaba preparado a la temperatura adecuada, desde hace media hora. Me quité el delantal, sacudí el polvo de harina que había quedado en mis brazos y lavé mis manos.

Salí de la cocina y a medida que iba avanzando, escuchaba a Jacob hablar. En un principio pensé que debatía con el televisor por algo que no le estaba cuadrando en la película, pero al llegar a la sala ví que sostenía el teléfono contra su oreja y caminaba de un lado a otro preocupado.

—Solo no hagas nada, vale. Espera a que yo llegue por ti —le decía a la persona detrás de la línea —Esto tiene solución, no hagas algo de lo que después te vas a arrepentir —guardó silencio, supongo que escuchando lo que le decían —Yo te voy a acompañar en este proceso, pero no...

Se dió la vuelta y me vió.

—Ya voy a salir para allá, espera por mí antes de hacer nada —finalizó la llamada.

Cada paso que di hasta llegar a él, asentó mi curiosidad.

—¿Pasa algo?

—Tengo que salir.

—¿Me quieres contar? —insistí.

—Es solo Andrew, tiene problemas con su carro —me dió un beso en la frente y siguió el camino a la habitación.

¿Solo eso?

Solo somos amigos ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora