Jacob
Después de esa semana en la cabaña nuestra relación había mejorado en todos los sentidos. Ya no había miedo, dudas o preocupación por terceros. Puedo decir que hasta dejé atrás lo que en un momento me jodió, esas malas decisiones de Leah, que sin quererlo, terminó lastimandonos a todos, como mismo yo hice con Loretta.
Ahora solo tenemos dos asuntos pendientes que solucionar, el más importante es hablar con nuestros padres y el que menos me importa aunque debería, lo que pensaran todos en el campus cuando nos vean juntos.
Para Jonathan no era un problema, resulta que cuando regresamos ya estaba de novio con Savannah. Me alegra por ella, en verdad la ví años atrás muy afectada solo porque era muy difícil tener una relación a distancia por motivos de poco tiempo para hacer largas videollamadas o para enviar un mensaje ambos estando online.
Yo estoy más feliz que nunca, despertar así todos los días, con ella entre mis brazos y la seguridad de que esto es lo que quiero todos los días de mi vida. Una de mis manos se arrastra desde su espalda baja hasta su cabello donde empieza a mover mi mano con delicadeza, dejándole caricias casi al aire.
—Es raro ¿Sabes?
Se remueve para acomodarse mejor y pegarse más a mi cuerpo. Sus ojos no se abren en ningún momento.
—¿Qué es raro? —pregunto sin entender su cuestionamiento.
Con lentitud sus ojos se van abriendo, adaptándose a la claridad de la habitación.
—Buenos días, cielo —espeta con ironía —Empezemos saludandonos.
—Quien habló primero sin saludar fuiste tú —contraataco, dejo un beso casto en sus labios a modo de saludo —Ahora responde qué es lo que te parece raro.
Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa.
—Que todos los días al despertar y yo siga durmiendo te quedas mirándome como si fuera algo de gran valor y temes que si cierras los ojos puedas perderlo —expresa —Pero lo que verdaderamente es raro es que no me molesta que lo hagas.
—Que bueno que no te incómoda porque mirarte dormir en las mañanas se ha convertido en mi deporte favorito. No me cansaré de hacerlo, gruñona y sí, eres alguien de mucho valor para mí.
Miré el reloj de mesa que reposa en la mesa de su lado de la cama y al ver que ya casi rodaban las siente de la mañana nos metimos a la ducha unos minutos. Ya esto de bañarnos juntos se había hecho una costumbre, rara vez lo hacíamos individual.
Salí de su habitación con una toalla rodeando mi cadera y...
—Recuerda que hay más gente por aquí, Jacob —advierte mi hermana —No es cómodo verte casi desnudo, deberías tener más consideración y más pudor —exagera —Al menos hasta que yo no esté por aquí.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...