Jacob
Salí de la cama bien temprano en la mañana con cuidado de no despertar a Leah, fui al baño de otra habitación y después de una larga ducha, me adentré al bosque a buscar leña. Quiero que cuando le entregue eso que nunca debió quitarse, recuerde ese momento para siempre.
El sudor hace surcos en mi piel mientras se desliza por todo mi cuerpo. Después de cortar toda la leña, las trasladé al espacio que parecía haber sido creado para compartir en familia.
Los columpios aparecieron en mi campo de visión, la mesa grande de picnic fue lo siguiente que me detuve a mirar y una sonrisa hizo sombra en mi rostro ante la idea que apareció de la nada en mi mente: El lugar perfecto para compartir con mis amigos de una forma sana y familiar.
Acomodé la leña en forma de fogata justo en el lugar, que en algún momento hubo una.
Regresé a la cabaña un rato después y seguí directo a la cocina después de escuchar sonidos en esta.
—Buenos días bonita —susurre a su espalda.
Al escucharme dió un respingo, reí por la expresión que había en su cara cuando se dió la vuelta, de verdad se asustó.
—En cualquier momento me va ha dar algo por tu forma de aparecer sin avisar —se lleva una mano al pecho —No me estoy riendo, Jacob. Lo digo en serio —me reclama —No te rías más.
Golpea suave mi hombro, aunque quiso sonar sería también se contagió y una sonrisa tierna adorno sus labios.
—Buenos días mi amor —simulo su voz lo mejor que puedo —Te extrañé mucho ¿Dónde estabas?
—Yo no hablo así —dijo sin dejar de reír.
—Todavía sigues sin saludar, Leah —finjo molestia —Ni siquiera me agradeces por el cumplido.
—Tú te fuiste sin avisar en la mañana y estás todo sudado, date un baño y baja para desayunar juntos.
No contento con su respuesta doy un paso al frente pero parece entender mis intenciones y se me escapa por la izquierda.
—No lo hagas, no se te ocurra hacerlo —hago caso omiso a su petición y empiezo a caminar en su dirección —Jacob, estás sudado. No des un paso más, no...
Salió corriendo y detrás de ella, yo. Se desplazó por todo el hall, evitando que la alcanzara, caminé detrás de ella que seguía corriendo con el único objetivo de que se agotara y me facilitara el trabajo. Cuando al fin se cansó, me acerqué.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...