Leah
Tengo ganas de gritar, que todo el mundo me escuche y sepa que soy feliz, ahora que nada ni nadie me impide estar con el hombre que amo. Lo que le hice a Jonathan estuvo mal pero si eso no hubiese pasado, ahora los brazos de este hombre no estarían rodeando mi cuerpo, pegándome al suyo como si tuviera miedo de perderme.
Después de toda la tormenta armada en mi cabeza y la lluvia que fueron mis lágrimas, ahora puedo decir que hacer algo malo valió la pena, porque no me voy a cansar de sus besos y la unión de nuestros cuerpos sincronizando los latidos de nuestros corazones.
Amanecer entre sus brazos es mejor ahora que ya no hay culpa y...
—No te detengas —pide cuando dejo de dar besos castos en su mandíbula, sus ojos siguen cerrados —Continua.
—Pensé que estabas dormido —musito —No quería despertarte, todavía no es ni las siente de la mañana.
Sus ojos se abren y una sonrisa ilumina su rostro.
—Daría lo que fuera por despertar así todos los días, sin importar la hora que sea —su comentario me hace reír, dejo un beso en su boca —Sigue besándome.
Sus ojos vuelven a cerrarse y yo continuo besando su mandíbula hasta que salgo del agarre de sus brazos y voy al baño a darme una ducha. No pasan más de dos minutos cuando Jacob entra conmigo y después de jugar un poco bajo la cascada de agua caliente salimos del baño.
Busco entre su ropa algo que ponerme y el pullover ancho que encuentro me sorprende. Me coloco la prenda con una sonrisa de oreja a oreja, admirando como los integrantes de la banda de Bon Jovi adornan la tela.
—Te queda demasiado grande, ni lo pienses —espeta mi chico al descubrir mis intenciones.
¿En serio piensa que eso me importa?
Obvio que no me importa.
La verdad es que me queda muy ancha y llega un poco más abajo de la mitad de mis muslos pero...
—Ya es mía —digo risueña.
Para nadie es un secreto que Jon Bon Jovi es el amor de mi vida.
Pensaba que ese era Jacob.
Por favor calla, nadie te pidió tu opinión, pero para que no haya problema, los dos son los amores de mi vida.
Y lo siguiente que pasa no pude evitarlo.
Si la felicidad fuera una persona sería yo y lo demuestro cuando a todo pulmón empiezo a gritar Living on a prayer, sí, gritar, porque evidentemente eso es lo que hago.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...