Capítulo 30

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Jacob

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Jacob

Por más que quiero mirar a otro puto lado, no puedo. La mandíbula me duele de tanto contraerla y ella solo está ahí... como si disfrutara de todo esto.

—Jacob... eh, te estoy hablando.

Fijo mi vista en la rubia que intenta llamar mi atención.

—Ahora no, Loretta.

Mi respuesta fría y con poco tacto la hace dejar de insistir tener mi atención e intenta instalar una conversación con mi hermana que no disimula para nada que no le agrada.

Las voces a mi alrededor se apagan en el momento en el que mi campo de visión aparece la parejita, la mano del cornudo viaja al inicio de los pechos de Leah cuando nota que los estoy mirando y ella ni siquiera le aparta la mano.

La canción latina que se escuchaba cambia y con la nueva que empieza, Leah me observa con mayor intensidad y un deje de tristeza, en sus labios aparece la sombra de una sonrisa para nada alegre cuando empieza el coro de la canción y por la letra sé, que en este mismo instante debe de estar rogando para que yo capte el mensaje que mandan sus ojos.

I hope you're happy
I wish you all the best, really
Say you love her, baby, just not like you loved me.

De toda la canción esa estrofa taladra en mi cerebro, incluso cuando la canción termina mi mente la repite una y otra y otra vez.

—Vamos por algo de beber —propone Savannah —Yo lo necesito y creo que tú también.

Mi vista viaja a la pelirroja que observa con tristeza y... ¿Dolor?, a Jonathan y a Leah.

Salgo de la piscina y ayudo a mi acompañante a salir también. Caminamos en silencio hasta donde se encuentran las bebidas y empiezo a mezclar varias sin mirar las etiquetas.

Conocí a Savannah hace tres años, estaba en el salón de clases de mi hermana y por casualidades de la vida resultó también ser prima de Elena. En ese momento no estaba muy feliz, como por sus estudios tuvo que hacer un cambio de ciudad había dejado a alguien con quien tenía una relación especial y le jodió mucho tener que dejarlo.

—¿Es él? —cuestiono señalando al idiota.

Ella me mira y una lágrima silenciosa viaja por una de sus mejillas. Me quita de las manos uno de los dos cócteles que preparé y le da una probada.

—Ay... está fuerte —intenta cambiar el tema —Mejor yo preparo algo más suave. ¿Qué quieres tú? No puedes tomarte esto, caerás por intoxicación alcohólica

Solo somos amigos ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora