Capítulo 3

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Leah

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Leah

Jacob lleva una semana hablándome solo lo necesario, al otro día de la fiesta me reclamó como nunca nadie había hecho en mi vida y en algo tiene razón, no puedo comportarme así solo por llevarle la contraria.

Elena y Andrew han sido muy buenos conmigo, hoy vienen a visitarnos, según la pelirroja algunos fines de semanas vienen y se quedan aquí para ver maratones de películas.

Jacob ahora está preparando la sala, corriendo los muebles a un lado para hacer más espacio para tirar cojines en el piso y estar más cómodos.

La parejita se encarga de traer la pizza y aquí estoy yo, preparando palomitas.

Falta poco para las ocho de la noche cuando el timbre del departamento suena.

—Voy yo —le grito a Jacob desde la cocina.

Abro la puerta dejando pasar a mis nuevos amigos que al verme me saludan al instante con besos y abrazos.

—¿Y Jacob? —pregunta Andrew dejando las cajas de pizza sobre uno de los muebles.

—Está en su habit...

—Ya estoy aquí —dice desde el marco de su puerta.

—Traje vino —Elena me da la botella.

—No voy a tomar —digo rápidamente al ver la mandíbula contraída de mi mejor amigo.

Llevo la botella a la cocina y la pongo en el refrigerador para que ellos la puedan degustar más tarde, cuando deseen.

Voy a mi habitación para buscar una manta para estar más cómoda y después de dejarla en el lugar que voy a ocupar en el piso voy a la cocina por los vasos y jugo para comernos la pizza.

Jacob nos pasa una caja de pizza a cada uno, yo dejo la mitad de la mía pero Andrew se la come, al igual que un poco de la que dejó su novia y la comparte con Jacob.

Elena me ayuda a llevar los vasos a la cocina y fregarlos en lo que yo tomo el recipiente con las palomitas que preparé.

Cuando nos volvemos a donde están los chicos me llevo la sorpresa de que Jacob está en mi lugar, sentado en dos cojines y su espalda recostada en el sofá detrás de él, sin contar que cubre su cuerpo de la cintura para abajo con mi manta.

Te está provocando.

Lo sé.

Suelto un bufido que parece divertirlo más y dejo las palomitas entre él y Andrew, Elena se acomoda entre el espacio que le hizo su novio entre sus piernas y yo como perrito abandonado en una carretera desolada después de mirar en donde puedo sentarme tomo las palomitas y las pongo en mis piernas para sentarme en medio de los chicos e imitar sus posturas.

Solo somos amigos ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora