Capítulo 10

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Jacob

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Jacob

Miro mi reloj por quita vez en la última hora. Jenny ya debería estar aquí hace una una hora y media y no contesta ni el teléfono.

No sé en qué momento me dejé convencer por ella y Elena de hacerle un fiesta sorpresa a Leah por su cumpleaños.

Elena hizo una lista enorme de las cosas que debíamos comprar —Andrew, el idiota de Jonathan que cada día me cae peor y yo— para la decoración mientras ella se encargaba del buffet y las bebidas.

Jenny llega hoy a Boston, de hecho ya tenía que haber llegado a la ciudad pero todavía no da señales de vida, ni siquiera me contesta el teléfono y ya la he llamado unas quince veces y he dejado una docena de mensajes.

Cansado de esperarla me paro del banco y me dispongo a entrar a mi edificio pero me detengo cuando reconozco el carro que se estaciona a unos pocos metros de donde estoy.

La puerta del copiloto se abre dándole paso a mi hermana que sale con una sonrisa de oreja a oreja y del asiento del piloto sale un idiota que nunca había visto antes.

—Hermanito —me saluda con un beso en la mejilla y camina al maletero del carro —Ven a ayudarnos. Son muchos regalos.

Le hecho una mala mirada y hago un ademán con la mano señalando al moreno que la acompaña.

—Ah sí. Jacob él es Walter, estamos haciendo la residencia en el mismo hospital. Walter él es mi hermanito.

Pongo los ojos en blanco por la forma de Jenny referirse a mí y por educación estrecho mi mano con la que me ofrece el doctorsito a modo de saludo.

—¿Trajiste lo que te pedí? —pregunto al ver que ni siquiera lo menciona.

—Sí —me entrega una pequeña caja de color negro —Lo otro está en los asientos de atrás del carro. Es un dolor de cabeza, después no te quejes.

Abro el carro y una sonrisa estúpida se me escapa cuando veo lo que reposa en el asiento del carro.

Cuando fuimos a New York, aunque ya había discutido con Leah, ya tenía un compromiso desde hace días atrás con unos amigos que me iban a ayudar con el regalo de cumpleaños de Leah.

Introduzco la pequeña caja en uno de los bolsillos de mi jeans y cargo al cachorro de dos meses de nacido según el tiempo que cálculo desde la última vez que lo ví que tenía en ese entonces un mes. Cuando Eliot me comentó que su perra había tenido cachorros pensé en Leah jugando con el perro del vecino del frente y quise regalarle uno. El contenido de la caja lo hizo la novia de Eliot tal y como se lo pedí cuando hable con ella.

Solo somos amigos ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora