Capítulo 38

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Jacob

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Jacob

Veinticuatro horas, solo debían pasar veinticuatro horas más para contarles y se enteran viéndonos besarnos como dos adolescentes escapándose a media noche.

Porque así me siento en este momento, como un adolescente atrapado en un intento de escapar por su ventana.

Dejo de mirar al frente para mirar a la chica a mi lado, un par de segundos pasan cuando ella fija su vista en mí.

—Ya lo saben —digo como si no fuese obvio, nervioso.

Asiente y la veo tragar con dificultad. Su vista vuelve al punto donde se encuentran nuestros padres y yo también fijo mi vista en ellos.

¿Ahora qué? ¿Qué hago? ¿Qué digo?

No sé cómo reaccionar, solo presiono la mano de Leah que todavía permanece entrelazada con la mía.

—¿Qué hora es, Jacob? —pregunta mi padre.

Miro la hora en el reloj que me regaló más temprano, la pieza que adorna mi muñeca izquierda. Cuando levanto la vista a ellos, siguen con la misma expresión en su rostro, asombro.

—Pasa de media noche —anuncio —Las 12:10 para ser más exacto.

Mi madre parece despertar de su estado al escuchar la hora y en pasos rápidos se acerca a mí, envolviendome en sus brazos.

—Feliz cumpleaños mi niño —dice emocionada —No sabes cómo había esperado este momento, lo he deseado tanto que ahora que está pasando no puedo creerlo.

Sus palabras me dejan confundido.

¿Qué está pasando?

¿Qué me perdí?

Mi padre es el siguiente en acercarse, deja un beso en mi frente y después da unas palmadas en mi espalda.

—Felicidades campeón —me felicita —Me estás haciendo sentir muy orgulloso.

Esto no me lo esperaba.

Miro a Leah que permanece a mi lado todavía. Por su expresión puedo ver que ahora los que estamos sorprendidos somos nosotros. Le ofrezco una sonrisa nerviosa con la intención de relajarla pero no funciona, sigue en el mismo estado en que seguro se está haciendo la misma pregunta que yo: "¿Solo van a decir felicidades?".

El señor Lorenzo empieza su camino hasta donde estoy, Liana a su lado. Mis padres se posicionan a mi lado, dejándole el camino despejado para que puedan quedar frente con frente conmigo.

Retengo el aire en mis pulmones esperando una reacción negativa de su parte, todavía confundido por las palabras que antes me dijeron mis padres y todavía me tienen procesandolas, intentando descubrir lo que quisieron decir con ellas.

Solo somos amigos ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora