Leah
Una persona normal estaría bien contenta de ver a sus padres después de varios meses, pero, a quién quiero engañar, todos saben que soy todo menos normal. Tampoco es que me disgusta que estén aquí, el problema es el rumbo que ha dado todo en la última hora.
Sí, porque ahora que están aquí tengo que irme al hotel donde se están hospedando los días que se van a pasar en Boston, y no hablo de dos o tres días, hablo de una semana completa.
Una semana en la que tengo que fingir que entre Jacob y yo no pasa nada, aunque pensamos decírselo después del día de mañana, cosa que pongo en duda porque ahora el castaño le tiene miedo a mi padre.
No es que a mí se me haya quitado el miedo, pero siendo sincera, creo que es mejor salir de eso de una vez por todas.
De todas formas es decisión nuestra seguir juntos o no, lo peor que podría pasar es que me llevarán para Italia y por suerte, ya mis padres están de regreso en New York.
—Déjame ayudarte a preparar la maleta —la voz de mi madre me saca de mis pensamientos —Estás mirando a la nada desde hace cinco minutos en el mismo lugar.
Reparo rápido por toda mi habitación, mi madre me quita la maleta de las manos sin decir nada más y dejándola encima de mi cama la abre. En cuanto da unos pasos para llegar a mi clóset me despierto del trance en el que todavía seguían mis pensamientos y la detengo.
—Yo puedo hacerlo —digo agitada —Prefiero ser yo quien escoja la ropa que voy a llevar, no sabes el estilo que uso para ir a la universidad y conociéndote, seleccionarás lo primero que encuentres.
Asiente.
—Está bien, pero date prisa —concede —Tenemos que ponernos al día de todo lo que ha pasado en estos meses.
Suelto el aire que retenía en mis pulmones, por más que me gustaría que preparara mi maleta para yo no hacerlo, no puedo permitirlo. Jacob trajo algunas de sus ropas y si dejo que ella lo haga, las preguntas van a llover cuando vea que hay un espacio en mi clóset con ropa de hombre.
—Hablaremos después todo lo que quieras —comento nerviosa —Ahora regresa con los demás en lo que preparo lo que voy a llevar.
Sus ojos se entrecierran como si de esa forma pudiera saber lo que pasa por mis pensamientos.
Claro, si la estás echando sin disimular.
No puedo abrir el clóset frente a ella y que vea la ropa que no es mía y que de ninguna forma podría serlo.
—¿Estás bien?
—Sí, mamá. Es solo que no los esperaba y la verdad es que todavía no puedo creer que estén aquí.
Me toma de la mano y me lleva hasta la cama donde ambas nos sentamos en la orilla. Sus manos se pasean por mi cabello, peinandolo con sus dedos con una delicadeza con la que se lo harían a un recién nacido. Una sonrisa se asoma en mi rostro, un tanto nerviosa y un tanto feliz. Siempre utiliza ese gesto conmigo como si de esa forma me estuviera diciendo: "Puedes confiar en mí, lo sabes".
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...