Jacob
Las puertas del elevador se abren y salgo despidiéndome de Jenny en la llamada que ya llevábamos desde hace casi una hora sosteniendo. El último mes a sido así, llamadas diarias, a veces más de una al día y por más de media hora. Necesito saber cómo está, si toma sus medicamentos, si está comiendo bien su dieta, todo. El sentimiento de poder perder a mi hermana, aunque sé que está bien, es horrible.
Saco mi llavero del bolsillo trasero de mi jeans cuando estoy frente a la puerta de mi departamento y cuando entro la llave en la cerradura escucho varias voces y la risa de Leah, supongo que Andrew y Elena le hacen compañía, cosa que descarto a penas entro al departamento y veo al estúpido de su novio abrazado de ella en mi sofá y viendo una película.
Hago saber lo mucho que me molesta su presencia en cuanto cierro de un portazo que hizo eco en todo el lugar, llamando toda su atención, la expresión del idiota es pura confusión y ella niega para volver a concentrarse en la pantalla.
Camino directo a mi habitación, sin saludar ni decir una sola palabra aunque por dentro solté más de una maldición.
Desde hace tres día que Leah llegó después de pasar la noche con ese idiota no nos hemos dirigido la palabra, ella intentó hacerlo pero no la dejé. Yo sabía que solo la iba a enseñar —cosa que aprendió muy bien, es buena— también soy consiente que iba a llegar el momento en que ya no me necesitaría y que cuando se acostara con ese idiota ya no lo haríamos nunca más, pero no puedo negar que me da cólera que ya lo haya hecho. Desde hace un mes y una semana que nos estábamos acostando no había estado con ninguna otra y ahora que ya todo acabó y puedo hacer de las mías nuevamente no entiendo por qué me molesta que ya no voy a ser yo quien la toque y sea ese idiota quien lo haga.
Me quito toda la ropa y entro a la ducha esperando que la rabia disminuya y que las ganas de parar a ese idiota de mi sofá y sacarlo de una patada de aquí desaparezcan de una vez por todas.
Salgo del baño con una toalla al rededor de mi cadera, cuando empiezo a caminar al clóset para buscar que ponerme la puerta se abre y Leah entra cerrándola sin poner el seguro.
—Vete a ver tu película —le digo sin moderar el tono agresivo de mi voz.
—Ya se acabó —informa como si eso me importara —Tenemos que hablar.
Genial, ahora tengo que hablar cuando lo único que quiero es que ese idiota desaparezca y que ella le haga compañía.
—Ve con tu novio y habla con él —escupo —Tú y yo no tenemos nada de que hablar.
Abro el clóset y busco el pantalón de algodón que uso de pijama y dejo caer la toalla.
—Te puedes cubrir —volteo a verla y la veo dándome la espalda.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...