Diez años de amistad.
Un pasado triste que los une.
Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos.
Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...
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Leah
Mañana es la gran fiesta, los logros que han obtenido nuestras familias a pesar de empezar desde cero son increíbles y ahora con la firma de este negocio y la compra de esta nueva empresa todo va a ir mejor, no nos podemos quejar.
Nuestros padres son un ejemplo para nosotros, desde mis nueve o diez años he visto al padre de Jacob y al mío hacer planes para montar un negocio que empezó con un pequeño taller en el patio de nuestras casas. Sus primeros muebles -aunque no fueron de los mejores- fueron bien vendidos. Con los años mejoraron y la venta creció, así como el nacimiento de la nueva y primera empresa Muebles S-B.
La primera empresa que fundaron fue de muebles y camas, la segunda de decoración de interiores y la tercera que está en crecimiento es una constructora, que ahí es donde entra en juego Jacob cuando se gradue y yo, que como graduada de Diseño estaré trabajando con el arquitecto principal de la empresa.
Antes de empezar la universidad recibí la carta de aceptación de varias universidades en New York y una aquí en Boston, que fue la que acepté porque es la misma a la que va Jacob y quería estar cerca de mi amigo. Además de que siempre quise venir a Massachusetts.
Preparo mi maleta pequeña con pares de muda de ropa, en casa en New York tengo un clóset lleno de ropa pero siento que si no viajo con una maleta no estoy viajando, aunque sea un viaje en carro.
—¿Cuánto tiempo van a estar fuera de Boston? —investiga Jonathan acostado en mi cama viendo como preparo la pequeña maleta.
—Supongo que solo por dos días, solo vamos por la fiesta.
Dejo la maleta a un lado de la cama y me acuesto a su lado dándole un beso en su mandíbula. Cuela un brazo por debajo de mi cintura y me arrastra hasta eliminar la distancia y me da un beso en la boca sin profundizarlo, solo el contacto de nuestros labios.
Dejo reposar mi cabeza en su pecho, recibiendo el beso que me da en la frente.
No sé cómo era Jonathan antes de mí, sé que ha tenido novias y según Elena hay unas cuantas chicas que les encantaría estar con él —al parecer una de sus ex se encargó de regar que es buenísimo en la cama— y eso aumenta más mis inseguridades.
Los últimos días las palabras que me dijo Jacob no han dejado de hacerme ruido y tengo que darle la razón, no importa cuantos libros me lea, ni todo lo que me digan Elena y Andrew, si no práctico no voy a tener experiencia.
No puedo decirle a mi novio: "Hey Jonathan, soy virgen ¿Te gustaría acostarte conmigo?"
Me da miedo que me rechace y busque a otra que si pueda hacerle lo que le gusta aunque todo este tiempo me a tenido paciencia. Siempre me dice que va a esperar a que yo esté segura de estar con él.
Cuando le conté a Jenny que tenía novio gritó con tanta emoción que tuve que alejar el teléfono de la oreja hasta que se controló, le conté lo virgen que seguía siendo y todo la teoría que había adquirido pero aún así apoya el planteamiento de su hermano "Tienes que tener sexo para tener experiencia".
