Miro mi reloj con inquietud. Faltan cinco minutos para la hora del almuerzo. No estoy desesperada por huir de la oficina, pero después de ver a mi hermano Donovan coquetear con la recepcionista mi impaciencia no hace otra cosa más que crecer. Aquello me estaba molestando, y mucho. Es un imbécil. Al final con sus actitudes me terminan demostrando que tanto él como Alexander prefieren venir a ligar en vez de trabajar.
¿Por qué no hacen como las personas normales y salen a conocer gente fuera del trabajo? Lo peor es que lo niegan rotundamente. Vamos, que sea su hermana menor no quiere decir que sea estúpida.
Me recuesto sobre mi asiento y miro el techo con frustración. Ya habían pasado tres meses desde mi ingreso y aún no me acostumbraba a aquello. No voy a negar que es un poco incómodo trabajar para el jefe, sobretodo cuando es tu padre. Aunque se podría decir que soy bastante buena en lo que hago. También me siento a gusto con la mayoría de las personas en esta compañía. Pero nada se comparaba con la agonía de tener que soportar diariamente a mis hermanos.
Como empresa familiar uno esperaría cooperación y buena disposición por parte de todos sin embargo, y aunque mi padre se esfuerce en negarlo, mis hermanos me hacen la vida imposible todo el maldito día.
Pensé que iba a ser diferente una vez que firmara contrato con ellos. Pero después de una semana ya estaba arrepentida por la decisión que había tomado. Y no se debía únicamente a que coqueteaban con la primer mujer que se les cruzara. Porque vamos, aparte de ser inteligentes y adinerados también eran atractivos. No es una novedad que la mayoría de las mujeres caigan rendidas a sus encantos.
El problema es que tanto Donovan como Alexander tienen la maldita costumbre de espantar a cualquier hombre que intenta acercarse a mi, aunque sea para entablar una inofensiva conversación. Y eso, definitivamente, es lo que más me molesta. ¿Qué tiene de malo? Bueno, su actitud es bastante tóxica y machista. Y por alguna extraña razón creen que sigo siendo una niña que necesita de la supervisión de dos hermanos que imponen su personalidad alfa a la fuerza.
Lo peor es que no saben diferenciar cuando alguien viene a ligar o cuando sólo se dirige hacia mí por asuntos laborales. Para ellos es lo mismo. Y como consecuencia sus constantes celos arruinaron la mayor parte de mi vida amorosa y sexual desde mi adolescencia hasta el día de hoy, a mis veinticinco años de edad.
Los amo con mi alma y les confío mi vida entera, pero cuando se refiere a relaciones no les cuento absolutamente nada. Y todos mis ligues son secretos y cortos, así evito la intensidad de mis hermanos y me ahorro varios dolores de cabeza. Quizás algún día maduren... Mientras tanto los mantengo al margen y esquivo sus preguntas inquisitivas con rapidez.
Cuando por fin se hace la hora del maldito almuerzo tomo mi cartera y voy en busca de Monique, una de las pocas personas que entra en mi apretado círculo de amigos. Tengo la suerte de que trabaje conmigo, como recepcionista del primer piso. Pero no la veo en todo el día así que compartimos nuestro descanso para ponernos al día.
Paso por al lado de Donovan sin siquiera mirarlo y tomo el elevador. Cuando me deja en el primer piso cruzo el hall de la entrada del edificio y voy hasta la recepción.
Miro en su dirección con el entrecejo fruncido. Qué extraño, no se encuentra allí.
-Buenos días -dice Sam-. ¿Estás buscando a Monique?
Lo miro y asiento desorientada.
-Se fue hace un rato, no se sentía muy bien -agrega.
Sam entró en esta empresa un poco antes que yo y es todo un encanto. Es también uno de los pocos hombres de aquí que no se acobarda ante la presencia de mis hermanos. Da gusto hablar con él de cualquier tema, ya sea laboral o trivial, porque siempre lo hace de manera jovial y entretenida.
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No Te Enamores De Mi
RomanceBriana Torres es una hermosa y brillante joven que cambia su antiguo trabajo por un puesto como la secretaria de su padre en la empresa de construcción Torres y Asociados. Allí tendrá que pasar sus días soportando los celos y la intensidad de sus he...