Capítulo 30

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Después de mi caótica noche del viernes con Christopher paso la mayor parte del sábado encerrada en mi habitación. El único momento en el que salgo es para comprarme algo de ropa casual que me cubra lo suficiente durante el almuerzo del domingo en la casa de los Hamilton. También salgo a recorrer la ciudad un poco antes de que el sol se oculte. Necesito estirar las piernas y tomar aire fresco, pero no puedo caminar demasiado porque el trasero me sigue doliendo como los mil demonios. Así que un par de cuadras después decido regresar al hotel, no sin antes pasar por una farmacia para comprar alguna pomada que hidrate y anestesie mi piel sensible.

Luego de cenar en silencio y de bañarme con agua tibia me pongo la crema y vuelvo a acostarme en la gigantesca cama de mi habitación. Quiero dormir lo más que puedo para olvidar el mal momento que pasé con el empresario. Y para cuando el domingo llega me siento mucho mejor, física y anímicamente. Había apagado mi móvil con la intención de no hablar con nadie. Y eso me ayudó a aclarar un poco más la cabeza.

La culpa había sido de los dos. Eso estaba más que claro. Sin embargo mi responsabilidad emocional era alejarme de él antes de que siguieramos lastimándonos mutuamente. Christopher necesitaba ayuda. Pero yo no puedo ofrecerle mi mano si estoy igual o peor que él. Mis problemas de confianza sólo están causando estragos en todas mis relaciones. Y sería estúpida si no lo reconozco. El empresario se había cruzado en mi vida para darme una lección valiosa que no supe aprovechar. Al igual que a Paul los alejé a los dos para proteger mi corazón. Y aunque las cosas con el segundo se encontraran bien sabía que era cuestión de tiempo para cagarla y hacer exactamente lo mismo que con Christopher.

Mi relación con mis hermanos no estaba mejor que eso tampoco. Sus constantes celos, dominancia y falta de confianza hacia mi persona hacían que me aislara más de ellos y que replique las mismas emociones con las demás personas. No podía seguir viviendo de esa manera.

Lo primero que debía hacer era pedirle perdón a Christopher aunque la culpa no fuera totalmente mía. Aunque él también tuviera sus problemas. Aunque no pudiera prometerle un futuro digno a su lado. Aunque lo nuestro ya hubiera terminado. Definitivamente yo debo ser la mejor persona y empezar a sanar por dentro. Nadie va a resolver mis problemas de confianza, y por algún lado debo empezar. Sé que eso va a ayudarlo a alivianar su culpa y me va a servir para dar el primer paso hacia un cambio interno que necesito empezar a tratar con urgencia.

Lo segundo es pedir una cita con algún profesional que me ayude a ver las cosas con más claridad y me dé una perspectiva de lo que estoy atravesando. También me gustaría que tanto mis padres como mis hermanos se involucraran de la misma manera y me acompañaran a las sesiones porque creo firmemente que eso nos vas a ayudar como familia para asentar las bases de la confianza recíproca.

Hay mucho que no sé de ellos y todavía Donovan me debe una charla importante que no pienso tomar por sentada. Pero ya habrá tiempo para pensar en eso. Lo único que importa ahora es terminar esta estúpida farsa y cumplir con mi parte antes de volver a mi ciudad y enfrentarme con la realidad.

Me pongo un par de pantalones de mezclilla de tiro alto junto a una camisa blanca entallada al cuerpo. Luego me calzo unos mocasines planos de color negro y me cubro las marcas de los besos de Christopher en mi cuello con un pañuelo estampado en tonos pasteles. Me dejo el cabello suelto y no me maquillo más que con una máscara para pestañas y brillo labial. Cuando salgo del baño me tiro un poco de perfume y me pongo unos aretes de perlas blancas que me dió mi madre como regalo de graduación.

Una vez que termino de arreglarme me siento sobre el borde de la cama y me quedo en silencio mientras espero que se haga la hora para bajar hasta el vestíbulo. No voy a negarlo. Una parte de mí se muere de nervios y quiero quedarme encerrada en mi habitación. Pero no puedo hacerlo. Necesito tomar coraje y hacerme responsable de mis estúpidas decisiones por una vez en la vida. Yo sola me metí en esto y yo sola lo voy a superar.

No Te Enamores De Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora