Capítulo 49

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tres meses después

Abro los ojos por la mañana y lo primero que noto son mis piernas abiertas de par en par. Jack se encuentra encima de mí y el peso de su cuerpo hace que me hunda aún más sobre el cómodo colchón de su cama. Sin previo aviso me penetra de una sola estocada y eso me termina de despertar.

-Buenos días, cariño -dice mi novio y pega su boca a la mía antes de que reproche algo.

Aquel recibimiento matutino me enciende rápidamente y en cuestión de segundos arqueo mi espalda para que los movimientos sean más profundos.

-Buenos días, amor -le respondo aún con la voz ronca y rodeo su cuello con mis brazos.

Jack sonríe complacido y me sujeta de las caderas con firmeza para hacer presión contra la cama y quedar de esa manera inmovilizada. De modo que no tengo otra opción más que aceptar todo lo que tiene para darme.

-Oh, vaya... -comento sorprendida-. Parece que alguien se despertó con energías...

El joven no se anda con preámbulos y me poseé con fuerza. El ritmo que dirige es rápido y vertiginoso, y el placer que siente se ve reflejado en su hermoso rostro cansado. Su cabello está completamente despeinado y sus labios siguen hinchados de la noche anterior. Aquella imagen me potencia y me excita al punto de sentir sobre la parte más baja de mi vientre cómo el orgasmo está formándose poco a poco.

-Mi niña está cerca. ¿Verdad?

La voz del empresario me vuelve loca y la manera en la que dice aquello logra que un escalofrío me recorra el cuerpo entero. Era una mezcla de dulzura con picardía y sabía perfectamente qué decir para hacer que mis palpitaciones se dispararan por los aires.

Jack podía leerme como un libro abierto y conocía cada movimiento que mi cuerpo hacía cuando estaba por correrme. Frustrada, le muerdo el hombro y me aferro a su espalda con desesperación. El joven se ríe con aquello pero no se detiene, y por la forma en la que tensa sus piernas sé que también está por llegar al orgasmo.

-Mírame, Briana -me pide con la voz un poco más grave, demandando obediencia-. Mírame y córrete para mí.

Me muerdo el labio inferior y no puedo evitar soltar un gemido cargado de placer. Sus palabras se vuelven una orden imposible de ignorar y aprieto mis piernas alrededor de su cintura mientras me muevo al ritmo de sus perfectas embestidas. El orgasmo me alcanza y siento que me quedo sin aire cuando eso ocurre.

Jack demora un par de segundos más y se desploma sobre mi cuerpo, que yace caliente por debajo del suyo. Sus labios besan cada rincón de mi rostro y su respiración está igual de agitada que la mía. Aquel mañanero parece llenarlo de energía y después de frotar su nariz contra mi frente se levanta de la cama y tira de las sábanas para obligarme a que lo siga al cuarto de baño.

-Vamos, cariño. Tomemos una ducha antes de que te vayas.

Cierro los ojos y me tomo unos segundos para recomponerme del sexo matinal que a mi novio tanto le gustaba darme. Luego me siento en la cama y contemplo la vista desde el enorme ventanal de su apartamento. Afuera el día estaba nublado y el cielo parecía amenazar con una posible tormenta pasajera. La llegada del invierno era inevitable, sin embargo el calor de su habitación engañaba a mis sentidos.

Entro a la ducha y Jack me toma de la mano para evitar que me resbale sobre el suelo mojado. El agua hirviendo relaja cada músculo de mi cuerpo y el joven me abraza por detrás mientras va dejando una hilera de besos sobre mi espalda desnuda.

Hacía tres meses que estábamos saliendo de manera formal y no podía sentirme más feliz. Le había confiado mi corazón a la única persona que me había ayudado cuando más lo necesitaba y los frutos de nuestro amor dejaban en evidencia que nos merecíamos el uno para el otro.

No Te Enamores De Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora