Capítulo 38

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Para cuando finaliza mi jornada me siento como una nueva persona. Las tareas que me mandó Christopher y el orgasmo que me había dado Jack me ayudaron a sobrellevar el día y dejo el edificio con una sonrisa en mi cara.

-Pareces de buen humor, peque -comenta Alex cuando entramos juntos al elevador.

-Supongo que estoy contenta por el cumpleaños de Monique -contesto y me encojo de hombros para no ser tan obvia.

Después de la charla con Donovan la relación entre los cuatro no había cambiado mucho pero por lo menos ya no existía esa tensión conflictiva y podía charlar con ellos de manera normal, como si estuviéramos en el medio de una especie de tregua que nos iba a servir para arreglar nuestros problemas de comunicación y confianza a futuro. Aún no les había contado mis planes de pedir ayuda profesional pero para cuando ese momento llegara tenía pensado incluirlos en al menos un par de terapias, y no me importaba que se negaran. Era lo mínimo que podían hacer por mí y estaba segura que tarde o temprano terminarían haciendo cualquier cosa por la más pequeña de la casa.

-¿Pudiste hablar con Jack? -quiere saber Donovan.

-¿Por qué lo preguntas?

-Nos sorprendió lo rápido que se unió a nosotros para la hora del almuerzo -comenta con aburrimiento-. Creíamos que ibas a tenerlo allí al menos una hora.

-Apenas intercambiamos un par de palabras -respondo y me muerdo la lengua por la ironía de mis propias palabras-. Prácticamente lo eché de mi despacho por todo el trabajo atrasado que tenía que entregar.

-¿Has leído el presupuesto siquiera?

Levanto una ceja y me cruzo de brazos. Donovan no parecía molesto por mi repetina aversión hacia su mejor amigo. Al contrario, aquello le encantaba. Pero siempre encontraba la manera de meter sus narices donde no le correspondía.

-Por supuesto que leí el presupuesto -contesto como si fuera algo obvio-. Pero eso no lleva demasiado. ¿O querías que me quedara más tiempo con él?

-Para nada -dice rápidamente y se lleva las manos a los bolsillos-. Me alegra que lo mantengas a raya y que no te dejes embelesar por sus palabras.

Rodeo los ojos con dramatismo y apoyo mi espalda sobre una de las paredes del elevador.

-No tienes que preocuparte por eso. Jack no es mi tipo.

Alex levanta las cejas con curiosidad y mi padre suprime las ganas de sonreír pero sigue mirando hacia adelante para que no nos demos cuenta de lo entretenido que lo tiene aquella charla.

-¿Y cuál es tu tipo?

-Oh, hermanito... Créeme, no querrás saberlo.

Donovan abre la boca pero el elevador se detiene y entran un par de personas más. No puedo evitar disfrutar de la frustración de mi hermano mayor. Alex, igual o más curioso que Donovan, se pega a mi lado y me toca el hombro como si fuera un niño chico a punto de hacer un berrinche.

-Vamos, peque -murmura en voz baja para que el resto de los empleados no nos escuchen-. Ahora necesito saberlo.

-No voy a hablar de algo tan personal en un lugar público -contesto a modo de excusa.

-Entonces ven a tomar algo con nosotros. Hay un bar dos calles abajo que ya está abierto.

Me muerdo el labio inferior para reprimir las ganas de reír y niego con la cabeza. A pesar de sus imperiosas ganas de saberlo todo me alegra que no estén actuando como dos cavernícolas celosos. No sabía si se debía a la pelea que tuvimos antes de mi viaje con Christopher pero era evidente que algo había cambiado en ellos y eso me dejaba tranquila y feliz en partes iguales.

No Te Enamores De Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora