Bajo las escaleras y cruzo el pequeño pasillo que conecta la cocina con la barra del club. Camino a paso rápido pero a pesar de los nervios logro mantener la compostura. No sé qué es lo que quieren mis hermanos y tampoco sé qué tipo de charla voy a tener con ellos. Lo único que sé es que estoy preparada para enfrentarlos y no hay nada que temer porque tengo a Jack a mi lado.
Emma está sirviendo unos tragos y cuando me vé se acerca para hablarme, pero se frena en seco en cuanto ve a su jefe, quien me toma de la mano como si fuéramos un par de tortolitos enamorados. Rápidamente me suelto de su agarre y me aproximo a la joven.
-¿Dónde están? -le pregunto, puesto que había sido ella quien los había recibido.
Mi compañera señala sobre el extremo más alejado de la barra y no demoro en reconocerlos. Donovan está de brazos cruzados con el semblante serio, y Alexander juega nervioso con las llaves de su coche mientras me busca con la mirada por todas partes.
Tomo aire para infundirme un poco de valor y me acerco a ellos desde el lado interior de la barra, para usar aquello como una especie de muro que me proteja física y emocionalmente.
-Hola -les digo cuando llego a su lado.
Mi saludo no es el más simpático del mundo pero tampoco es frío, sólo trato de ser cordial y políticamente correcta para que vean que estoy abierta al diálogo.
-Peque -murmura Alex mientras sus ojos recuperan el brillo-. No sabes lo mucho que te extrañamos.
-¿En qué los puedo ayudar? -pregunto de manera seca, ignorando la forma casi eufórica en la que me recibió.
-¿Podemos hablar?
Quiere saber Donovan mientras me observa con detenimiento, estudiando cada movimiento o gesto que hago. Luego sus ojos se posan en Jack, quien aparece de repente y se queda detrás de mí para servir de apoyo emocional. La espalda de mi hermano mayor se tensa en cuanto lo ve pero Alexander pone una mano en sus hombros para recordarle el motivo por el cual estaban aquí.
-¿Y bien? -insiste Donovan.
-No tengo nada que hablar con ustedes.
-Vamos, Briana. No seas así. Sabes que tenemos asuntos pendientes.
-Ustedes serán los de los asuntos pendientes, porque yo estoy trabajando todo el daño que me hicieron en algo llamado terapia. Quizás puedan seguir mi ejemplo de pedirle ayuda a algún profesional que esté dispuesto a escuchar toda la mierda que tienen para decir.
Donovan me observa con molestia y Alex tiene una expresión triste en su rostro después de escucharme decir aquello. Pero no me siento intimidada y definitivamente tampoco siento pena por mis hermanos.
-¿Si no quieres hablar entonces para qué te tomaste la molestia de recibirnos?
-No lo sé, quizás tenían ganas de que les sirviera un trago o de que les sugiriera alguna nueva amiga para que pudieran hacer un trío con ella.
-Oh, por favor -exclama mi hermano mayor-. Ya dijimos que lo sentíamos. ¿Qué debemos hacer para que nos creas?
Miro hacia un costado y veo por el rabillo de mis ojos que mis compañeros revolotean por la barra para mirar nuestra conversación como si se tratara de un evento recreativo. Jack se da cuenta de aquello y me toca levemente la parte más baja de mi espalda antes de hablarme al oído.
-Iré a controlar al público curioso -me dice en un tono dulce pero que desborda seguridad-. Estaré dando vueltas por aquí por si me necesitas. ¿De acuerdo?
Asiento y espero a que quedemos solos para contestarle a mis hermanos.
-No hay nada que puedan hacer para que los perdone. De hecho, este último mes he aprendido a vivir con esa decepción y me dí cuenta que no necesito de su aprobación porque no me interesa ser una parte activa de sus vidas.
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No Te Enamores De Mi
RomanceBriana Torres es una hermosa y brillante joven que cambia su antiguo trabajo por un puesto como la secretaria de su padre en la empresa de construcción Torres y Asociados. Allí tendrá que pasar sus días soportando los celos y la intensidad de sus he...