un mes después
Llego al club de Jack y lo primero que hago es ir hacia la barra para saludar a Emma, que limpia la mesada de manera energética. Su melena rizada está atada en una coleta alta y tiene el entrecejo fruncido mientras intenta quitar una mancha de cerveza de la madera.
-Vaya, parece que hoy tienes ganas de trabajar -le digo bromeando y la joven me tira el trapo que lleva en la mano como respuesta.
Sonrío divertida y cuando llego a su lado le doy un abrazo apretado. Un mes había pasado desde que tomé una de las decisiones más importantes de mi vida y después de unas semanas de intensa adaptación había logrado conocer a todos y cada uno de mis compañeros.
La mayoría tenía mi edad, por lo que me resultaba fácil congeniar con ellos. Y por primera vez en mucho tiempo sentía que genuinamente les caía bien y que, sin importar lo que hiciera, no iba a tener a un jefe que estuviera cuestionando mi relación con ellos porque Jack no era posesivo ni celoso.
Por el contrario, me animaba a que pasara tiempo con ellos, no sólo para aprender sino para forjar lazos de camaradería. Así que no podía quejarme. Porque más allá de la intensidad del trabajo, estaba en un ambiente divertido y libre de drama.
-¿Qué haces aquí tan temprano? -pregunta con curiosidad-. ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer?
Tomo asiento sobre uno de los taburetes de la barra y apoyo los codos en ella para ponerme cómoda.
-Jack me pidió que viniera un poco antes para que lo ayude a cerrar los números del mes.
-Aún me resulta extraño que te dirijas al señor Smith por su nombre -contesta y comienza a lavar unas copas que están en el estante de atrás-. Como sea... Toma una buena bocanada de aire y cuenta hasta diez antes de subir a su despacho. Hoy tiene un humor de perros.
-Oh, no. ¿Qué ocurrió?
-No lo sé. Pero creo que tuvo problemas con un importador de vinos y no va a recibir nada hasta la semana que viene.
-Demonios -murmuro y no demoro en recordar aquel trato-. Jack estaba muy ilusionado por tener esa marca específica de vinos para el aniversario del club.
-Lo sé, no ha dejado de hablar de ello. Hasta nos mandó a una capacitación para preparar tragos nuevos.
Hago una mueca de disgusto y siento pena por Jack. Desde que había empezado a trabajar para él me había dado cuenta lo mucho que se esforzaba para que su club fuera uno de los mejores de la ciudad. El joven empresario no sólo tomaba en cuenta la música, el personal o la decoración. Para él la bebida era uno de los aspectos más importantes a la hora de separar un antro básico y mediocre con uno de primer nivel. Y podía hablar por experiencia propia que el club de Jack se encontraba en la segunda categoría.
-Iré a hablar con él para ver si logro levantarle el ánimo -le digo y empiezo a caminar hacia su despacho-. Deséame suerte.
Emma levanta su pulgar en el aire y emprendo el viaje por detrás de la barra hacia su oficina. Durante el trayecto no puedo evitar pensar lo diferentes que son las cosas con mi nuevo trabajo.
Ni Emma ni el resto de mis compañeros hablaban a mis espaldas de mi estrecha relación con Jack porque él se había asegurado de hacerles saber que sólo éramos buenos amigos. Y técnicamente no estaba mintiendo porque desde la noche en la que me había acostado con él antes de firmar el contrato no habíamos vuelto a tener sexo.Sabía lo extraño que sonaba aquello. Sobretodo teniendo en cuenta la química sexual que había entre nosotros cada vez que estábamos juntos. Pero yo necesitaba mi tiempo para sanar y Jack no había bromeado cuando dijo que no iba a tocarme hasta que yo lo quisiera. Y saber que podía contar con su palabra no hacía otra cosa más que afirmar lo bien que había hecho en aceptar su propuesta laboral.
ESTÁS LEYENDO
No Te Enamores De Mi
RomanceBriana Torres es una hermosa y brillante joven que cambia su antiguo trabajo por un puesto como la secretaria de su padre en la empresa de construcción Torres y Asociados. Allí tendrá que pasar sus días soportando los celos y la intensidad de sus he...