08. Mis roomies

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Seguía esperando a mi futura compañera con aburrimiento, estaba entreteniéndome leyendo la revista que el hombre que se llama Leon estaba leyendo. Era un poco confusa ya que las noticias eran difíciles de creer, por ejemplo esta "Se descubre que la familia Marca usa sus dones para fortalecer su empresa" ¿Eso sería algo malo o bueno?, digo...si tuviera algún don y pudiera servir en mi empresa, obviamente lo usaría.

—Gemma.

Yo baje la revista, reaccione al ver a la mujer que me regaló una corta sonrisa amable, al parecer todos en esta academia eran extranjeros y con gran belleza encima.

La mujer tiene de un hermoso cabello del tono como el mismísimo chocolate, ondulado corto, pero aun así recogido dejando que algunos pocos mechones se salieran de su peinado que a pesar de eso no se le veía nada mal. Sus ojos color oliva, para mi esos ojos me parecen mágicos porque me es difícil averiguar si son verdes o color miel, pareciera que cambiarán mágicamente y gracias a ella pude conocer el uniforme de la academia para las mujeres.

Parece que por debajo de ese suéter color azul marino con el escudo bordado en la ubicación del pecho, se ponen de una camisa color gris casi oscuro, en las puntas del cuello tienen de broches plateados incrustados, la falda era de cuadros teniendo de base gris con lineas azules y blancas. Las calcetas de un azul marino arriba de las rodillas y los zapatos de suela con tacón pequeño oscuros.

—Ella es Mia, te hará el favor de llevarte hacia su departamento —dijo la secretaria con una amable sonrisa.

Yo agarre las cajas levantándome caminando hacia Mia con una sonrisa amable.

—Así que tu y yo vamos a ser compañeras de departamento —dije con algo de entusiasmo y ella bajo la mirada haciendo una pequeña mueca logrando que borrara un poco mi sonrisa.

—Eso parece, sígueme —dijo ella con un tono de voz seria empezándose a ir y yo mire a la secretaria, pero ella ya estaba en su trabajo.

Yo empecé a seguir a Mia, nos salíamos de la oficina del director caminando por los pasillos dirigiéndonos a los elevadores, yo me ponía a lado de ella y me volteo a ver apartándose un poco de mi, yo hice una pequeña mueca, pero trataba de ignorarlo.

—Por cierto mi nombre es Gemma.

—Lo sé, la secretaria lo dijo, aunque me lo sabía antes de, todos saben tu nombre ragazza.

Yo alargué mi sonrisa con poca emoción.

—¿Eres italiana?

—Si... —dijo ella alzando una ceja extrañada por mi emoción— ¿Algún problema con eso?

—No, no, al contrario, el país favorito de mi madre y mío es Italia.

—Oh... —logró hacer que sacara una corta sonrisa con algo de arrogancia— Me halagas, ¿Llegaste a visitarlo?

Yo baje la mirada con algo de tristeza, eso me hace recordar que madre y yo teníamos nuestro sueño de ir a Italia juntas.

—Disculpa mi ofensa, se me ha olvidado que eres povero, no tenías el dinero para ir —dijo ella mirándome con lástima y yo si mostré un poco de enfado a su pequeño insulto, aunque no sepa que es povero y que no hubiera tenido dinero para ir sea verdad, pero hay otras formas de decirlo— Pero por lo que entiendo ya no sera asi, espero que tengas la oportunidad de ir a mi país en vacaciones del invierno.

Fruncí el ceño estando confundida, llegamos a los elevadores y Mia le pico al botón llamando algunos de estos.

—¿Por qué dices que ya no será así?

Mia volteo a verme con el ceño fruncido igual un poco confundida como yo.

—Por lo que escuche el director Galder ahora está a cargo de ti, ¿Me equivoco?

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