Estaba maquillándome para salir en escena, me sentía...rara, no se como explicarlo, Piper se puso a mi lado agarrándome prestado un labial y puso su rostro al lado mio viéndose en el reflejo como yo pintándose los labios, ella se chupó los labios y los soltó satisfecha al ver como le quedaron.
—No sienten...extraño este día —pregunte volteando a ver a las chicas que se iban igualmente preparando, siento...que algo no está bien con todo esto.
Las chicas se miraron entre sí con una ceja alzada, después Eiza volteo a verme negando con la cabeza.
—No, ¿Por qué?, muñequita.
Yo deje el maquillaje al haber terminado, me rasque la cabeza confundida— No lo sé...me siento...rara, es difícil de explicar.
—Gemma —dijo Ned entrando a los vestidores pegándole a su reloj de la muñeca que ya era hora, yo rodeé los ojos a este hombre impaciente.
—Luego hablamos chicas —dije levantándome del tocador acomodando mi vestuario y caminando hacia la escena.
—Suerte Gemma —dijeron las chicas al unísono haciéndome una pequeña seña de despedida amistosa.
Me salí del vestidor, me puse detrás de las cortinas preparándome para el acto. Haciendo todo lo posible para ignorar este extraño sentimiento.
—Démosle un aplauso a nuestra piedra preciosa del lugar —dijo el presentador del club con una voz exagerada de emoción— Gemma —me daba la señal y se abrían las cortinas.
Yo fingí una sonrisa ante mi público caminando hacia ellos de una manera lenta y coqueta hacia el tubo como me lo obliga mi maravilloso trabajo. Agarré el tubo acariciando el metal, de nuevo nos encontramos mi compañero de trabajo y yo, ridículo que tenga que creerme que el tubo es algún tipo de persona humana.
Espero el momento indicado de la canción, al escuchar mi momento, agarre el tubo con fuerza impulsándome dándole una vuelta completa al tubo abriendo mis piernas en forma v para los espectadores que ellos chiflan y algunos aplauden. Pegue mis tacones al suelo haciendo un sonido empezando a dar pasos grandes rodeando el tubo, pero de un lado a otro siguiendo el ritmo de la canción, movía mi cadera junto con mi cintura estirando los brazos tratando de sujetar el tubo lo más alto que se podía.
Iba resbalando mis brazos lentamente por el tubo manteniendo mis piernas firmes bajando solamente lo que es mi cintura para arriba, teniendo una mirada fija en mis espectadores moviendo seductoramente solo esta zona de mi cuerpo, iba bajando de un modo que mi cabeza llegó a mis rodillas teniendo que hacer que les llamara más atención mi parte trasera.
Me incorporé instantáneamente jugando con mi cabello para que conmigo pudiera bailar conmigo, algunos dieron pequeños gritos de la emoción, agarré el tubo con más fuerza y di un salto abrazándolo con mis piernas cruzadas extendidas, estire mis brazos curvando mi espalda bajando la cabeza mostrando mi cuello a la gente girando alrededor del tubo.
Mire como unos billetes fueron directo a mis rostro porque alguien me los está aventando sin detenerse, yo mostré enfado por la persona que no sabe la regla de que el dinero es cuando termine mi acto, después sentí unas monedas en mi cara y cerré los ojos por el pequeño dolor.
—¡Hey! —grité con molestia tratando de no soltarme del tubo buscando a la persona que me aventó todo ese dinero y pude notar que era Leon que estaba sentado enfrente mío en una mesa especialmente solo para él. Él me regaló una corta sonrisa saludándome con una amistosa seña, oh...es él...espera ¡Leon?
Me sobresalte con espanto que hasta me caí del tubo, me queje muy adolorida al haberme pegado en la cabeza, pero mire aterrada a Leon que el todavía sigue sentado de una manera serena teniendo su mirada fija en mí, me levanté poniéndome de pie yendo con él muy angustiada, ¡Cómo me ha encontrado?
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POTESTAD
FantasySe dice que los más afortunados padecen el síndrome de Alejandría, pero Gemma fue una excepción. Unos ojos morados no hicieron que su padre estuviera presente en su vida, ni le apareció dinero para escapar de la pobreza o le dio la cura de la grave...