Estaba en la cafetería desayunando con los demás, aunque yo prefiero tener mi frente pegada a la mesa por sentir todo mi cuerpo adolorido y tembloroso por lo tanto que sufrí ayer. Escuche como Mia dio un gruñido con enfado dando un pequeño golpe en la mesa.
—Le advertí a ese schemo que si te hacía daño iba a arrepentirse, me pondré de acuerdo con Julio...
—Mia... —dije con poco enfado volteándola a ver con una mueca molestia— Dmitri...solo hacía lo que se le pedía su trabajo.
—Gemma, acabas de decirnos que hiciste trescientas sentadillas y doscientas cincuenta abdominales, eso no es para nada sano lo que te hizo hacer —dijo Theo igual mostrando enfado.
Yo de nuevo miré la mesa sacando un pequeño gruñido de sufrimiento.
—Solo...déjenlo pasar, no...quiero tener problemas, chicos...solo quiero... —solté un suspiro tratando de buscar esa paz— Paz.
Empecé a sentir que alguien empezó a hacerme masaje por los hombros, yo saque una sonrisa sin querer hacer mínimo movimiento para no interrumpir esa sensación tan relajante, los movimientos eran lentos presionando sus dedos muy al fondo de mis músculos de un modo que no sentía dolor alguno, todo lo contrario. Saque un gran suspiro relajada.
—Mia, eres cocinera, jardinera y ahora...¿Haces masajes celestiales? —preguntó con poca gracia.
—Yo no soy la que te está dando el mensaje —dijo Mia entre pocas risas, yo fruncí el ceño volteando para ver quien era la persona que me hacía el masaje.
Alargue mi sonrisa para ver qué era Maya parada detrás mío siguiendo masajeándome los hombros sin mostrar emoción o expresión a eso, yo empecé a sonreírle con gran dulzura y me quedé pensativa, recordé ayer en mis clases de señas.
"Gracias" dije en lenguaje de señas y pude hacer con ese pequeño acto sacarle una pequeña sonrisa a Maya.
—Yo se que Gemma está en un estado de excesivo cansancio y tu Theo, se que con las palabras que voy a decir empezarás a tener una crisis de estrés, pero les recuerdo que mañana a las 8 en punto de la mañana deben entregar la lista presidencial completa.
—Yo veré a Beille después de mis clases con el maestro Natt, el problema aquí es que tendré que buscar a Ruth...
—No te preocupes, yo iré a buscarla, me quedaré con la lista, si Beille acepta, dile que sí se puede reunir con nosotros en la cena a las siete en punto para que pueda poner su nombre y firma. Pero necesito que me digas el apellido Ruth para preguntarle a la gente sobre ella.
Yo mire a Theo con una pequeña sonrisa nerviosa, cosa del cual no me sentía tan nerviosa por el perfecto trabajo que está haciendo Maya en sentirme tan relajada.
—Para serte sincera...no sé, pero es una mujer con un tono de piel del color como el chocolate, su cabello es chino con estilo afro y su color de ojos es miel. Si te preguntan por su don, puede dibujar o transmitir recuerdos de un individuo a través de un aparato con solo sentir cualquier zona o sustancia del cuerpo.
—Lo tengo, tratare de buscarla a ella y...tratare de buscar los dos vocales faltantes junto con el vicepresidente —dijo Theo desacomodando su cabello como manía para tratar de quitarse todo el estrés encima y él miró a Maya con una sonrisa nerviosa, le empezó a hacer señas de una manera rápida y ella como respuesta le dio un pequeño gruñido enfadado.
—¿Qué le has preguntado que se ha enfadado? —pregunte con el ceño fruncido mostrándome confundida.
—Que...si también podía hacerme un masaje, pero...ya entendí que no —dijo Theo con una sonrisa nerviosa y Mia y yo sacamos pequeñas risas.
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POTESTAD
FantasySe dice que los más afortunados padecen el síndrome de Alejandría, pero Gemma fue una excepción. Unos ojos morados no hicieron que su padre estuviera presente en su vida, ni le apareció dinero para escapar de la pobreza o le dio la cura de la grave...