20. Un mal entendido

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Mia y yo entrábamos al Palacio entre risas por lo que íbamos platicando, ya que ella tiene su clase en el mismo lugar podemos venir juntas, pude sentir como Reto paso al lado mio, me calle mirándolo con mucha atención como se iba yendo a su salón. Mia frunció el ceño viendo a Reto y me sonrió alzando las cejas pícaramente.

—Que suerte que los de arte y ballet tengan los mismos horarios de clase, ¿opinas lo mismo?, ragazza.

—Como suerte me toco que tengas unas pocas clases de teatro a la misma hora que mi clase de ballet —dije con gracia y Mia me dio un pequeño empujón juguetón.

—Yo digo que vayas con él a contarle lo que quería escuchar, ya que tu siendo una terca no lo hiciste.

Yo alce una mirada al techo viendo el hermoso cielo azul por la cúpula de cristal.

—No debí contártelo.

—Demasiado tarde, tienes dos opciones, primera, que sea yo quien vaya con Reto agradeciendo porque pudo estar con mi amiga cuando necesitaba ayuda explicándole lo sucedido, que con eso Reto te va a ver como un cobarde por no hacerlo tú —dijo ella alzando sus cejas con una sonrisa de gran malicia un poco típico de ella— O segunda, que seas tú quien vaya con él agradeciéndole de nuevo explicando lo sucedido dándole un poco de confianza. Ragazza, no es común de Reto se muestre así con las personas que no sean metamorfos como él, tienes que aprovechar, puede ser otro amigo —dijo ella sonriendo tiernamente imaginando esa escena.

Yo me detuve al haber llegado a mi puerta, mire a Mia con una corta sonrisa aun no muy decisiva a ese loco consejo, pero alargue mi sonrisa tomando una decisión.

—Está bien, lo haré, trataré de hablar con él cuando termine con mi clase de ballet.

—Ese es el valor, te veo en la manzana para la comida —dijo Mia dándome un beso en la mejilla, como si por mucho tiempo no nos fuéramos a ver.

Mia empezó a caminar directo a su salón, yo mire la puerta con una pequeña mueca, ugh...no puedo evitar pensar que me volveré a ver esas malditas, respire hondo cerrando los ojos, solté aire tomando calma, tranquila Gemma, solo entra como si lo que hubiera pasado ayer en la noche no hubiera existido.

Yo mostré una mueca de tristeza, aunque...me siento mal por Celia, tener que soportar a la mocosa de su hermana toda su vida, siendo maltratada de ese modo, pero ¿Qué no tiene don para defenderse de ella?, si el don de Nicole es fuego y tierra y el de Celia agua y viento, si es que no soy muy estúpida en la química, pero Celia debe ser más fuerte que ella al tener los dones con más controversia.

Yo abrí los ojos apretando los puños con valor, tristemente no puedes hacer nada, por el momento, pero esas serpientes no se pueden salirse con la suya, como dice madre, siempre hay un karma para todos.

Camine hacia la puerta del salón entrando en el cuarto, todos lanzaron sus miradas en mi, pude notar como Scarlett y Nicole me lanzaron su sonrisa pareciendo las únicas alegres de mi llegada, pero para poder divertirse conmigo, yo solo les lancé una mirada seria, mire de reojo a Celia que ella como mejor opción desvió su mirada ignorándome, yo sé que no me quiere causar daño por su hermana.

—Buenos días Adelaida, he preparado esta clase especialmente para ti para que te ayuden a volver a tener práctica en esas clases pasadas, pero aun así a todos nos servirá —dijo Roos llegando conmigo y sonriéndole a los demás.

—Me siento halagada —dije sonriéndole con ternura y ella alargó su tierna sonrisa inocente casi cerrando los ojos.

—Pónganse sus puntas, yo te ayudare en hacerlo Adelaida —dijo Roos mirándome para avisarme y le di un asentimiento— Una vez que estén listos formense en la barra mis pequeños, hoy haremos calentamiento y ejercicios de puntas —dijo ella dando pequeños aplausos y me tomó de las muñecas guiándome a las bancas— Te voy a volver a enseñar cómo debemos ponernos las zapatillas de ballet con puntas, ¿Me las das?

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