33. Un viejo problema

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Gemma

Reto y yo estábamos en una cafetería de la academia que venden lo que son cafés, frappes, pan dulce, repostería, etc. Se llama "Moustache", Mia me ha comentado que es muy reconocido en la academia porque todo aquí es exquisito, además de económico para mi, Reto y yo nos miramos entre sí, recargo sus codos en la mesa pegando sus manos en sus mejillas regalándome una sonrisa atontada soltando aire en su nariz.

Yo alce una ceja extrañada a su actitud, que es muy raro en él que me muestre tal sonrisa que tiene ahorita, mire por los lados tratando de ver si era a mi la que me daba esa sonrisa, pero raramente nomas nos encontrábamos nosotros dos, me rasque la cabeza confundida, ni me he dado cuenta que el lugar se encontraba vacío.

Pude sentir de repente que alguien me dio un jalón de brazo, yo di un pequeño grito al sentir como me hizo levantar de mi asiento haciéndome girar sujetándome de la otra mano haciendo que mis propios brazos me atraparon y él jalaba mis manos con poca presión manteniéndome pegada a él, pegó su barbilla en mi hombro acercando su boca en mi oído, sentí un cosquilleo al sentir su respiración acariciar mi oreja.

—Yo sé que esto es inesperado, pero no puedo guardar lo que siento por ti —dijo Reto un susurro tan claro y suave. Yo me sobresalte al ver la mesa que él ya no se encontraba sentada como yo, pero ni me di cuenta cuando se levantó del lugar para hacer esto, realmente estoy perdida.

Pero Reto me dio un jalón de mi mano haciéndome girar soltando una mano mía deshaciendo mi propio amarré sin soltar mi mano derecha y al tener mi brazo derecho extendido se puso de rodillas ahora con un traje puesto encima, él alargó con tanta alegría esa sonrisa mostrando todos sus colmillos.

—Gemma Adelaida Salem ¿Te gustaría ser mi esposa? —preguntó él sacando una cajita oscura de terciopelo de su bolsillo abriéndola mostrándome el anillo de compromiso con gran emoción esperando mi respuesta.

—Ash, tenía que saber que eras tu desde un principio —dije con fastidio zafando mi mano del falso Reto y él empezó a reírse.

El que creía que era Reto dejó caer la cajita de terciopelo acomodándose su largo cabello con gran arrogancia, se levantó regalándome una sonrisa de gran travesura que no era de él, sino de nadie más que Leon usando su apariencia en este sueño.

—¿Cómo es que le gusta tener el cabello tan largo? —preguntó él con una mueca sujetándose la gran cabellera de Reto, me volteo a ver y saco una sonrisa de malicia entrecerrando los ojos, me dio un pequeño latigazo con el cabello de Reto y yo trataba de cubrirme mostrando mis palmas para que le diera a ellas y no mi rostro, él empezó a reírse como pequeño demonio divirtiéndose dándome latigazos con el cabello de Reto.

—Leon basta —dije con enfado tratando de que me dejara en paz intentando darle palmadas al cabello, como si eso fuera a funcionar.

—Ahora se la razón. ¿Mi cabello podría ser capaz de crecer a esta altura? —preguntó él soltando el cabello sujetándose la barbilla pensativo y yo saque gruñidos de desesperación— Porque si es así, sería divertido hasta creo que... —él empezó a acomodar su cabello como si fuera una bufanda y al tenerla alrededor de su cuello alargó su sonrisa emocionado— Mira, hasta la puedes usar de bufanda, oye...no esta mal usar la apariencia del animal —dijo él acariciando el cabello de Reto con una sonrisa satisfecha.

—No le digas así y deja de usar su apariencia, Leon —dije con enfado poniéndome enfrente de él y él puso una mano en su pecho mostrándose ofendido.

—Ni porque use su apariencia para que tengas la única oportunidad de ver que él haga esto por ti, porque aceptemoslo conejita —dijo él haciendo una mueca de disgusto— Nadie va a querer casarse con una mestiza —dijo él ahora sonriendo burlándose de mí por ello.

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