Gemma
Estaba en la cafetería con Theo, al ser miércoles solo podemos comer él y yo, pero tenía una mirada en él con lástima al verlo tan presionado y estresado, el pobre se está sujetando la frente con las dos manos teniendo sus codos en la mesa y la mirada en bajo tratando de encontrar una solución para completar esa dichosa lista.
Me ha comentado que ya ha pedido apoyo con todas las personas posibles, pero que ellos lo rechazan al ya estar en una campaña. Su tristeza era contagiosa para yo sentirme de este modo, al ser su secretaria también siento el mismo peso que él. Yo miré alrededor mío, después sonreí a la idea que se me acababa de ocurrir, este piso de la cafetería son para todos los de carrera.
—Oye Theo, no creo que les hayas preguntado a toda la gente que se encuentra aquí si no quieren unirse a tu campaña, porque no vamos nosotros dos a preguntarles —dije con una sonrisa dándole toques en su brazo para llamar su atención.
—No vale la pena Gemma —dijo él volteando a verme con una mirada tan destrozada que yo puse mi mano en mi pecho sintiendo como mi corazón se partía al verlo de ese modo— No debi inscribirme, maldición fui un idiota —dijo él con enfado bajando sus brazos mirando al techo con enfado— Como no pude pensar en los representantes, digo...solo las conozco a ustedes tres... —dijo con gran tristeza en sus palabras y después dejó caer su frente en la mesa dándose un pequeño golpe y yo muy preocupada por él puse mi mano en su espalda— Mejor...ire con el director a retirarme yo mismo...creo que es mejor eso a que...te eliminen.
Yo gruñí desesperada dándole un pequeño empujón tratando de hacerlo razonar.
—Theo, no te puedes rendir de este modo. Como dije no le has preguntado a todos, veras que te conseguiré algunas personas —dije mirando a mi alrededor levantándome viendo a todos los celestes.
—Solo...perderás el tiempo... —dijo él teniendo su rostro pegado en la mesa.
—Te mostraré que no es así —dije con enfado caminando a una mesa donde había un grupo de mujeres platicando entre sí mientras comían.
Yo alargué mi sonrisa tratando de tener todos mis ánimos, me dirigí a esa mesa poniéndome enfrente de ellos y ellas guardaron silencio volteandome a ver con seriedad al haber interrumpido su plática.
—¿Se te ofrece algo? —preguntó una de las mujeres del grupo mirándome con un poco de disgusto.
—Chicas... —dije tratando de sonar con todas las energías posibles haciendo un ademán alegre y ellas me alzaron una ceja por mi actitud— Como sabrán ya se acercan las elecciones y aun hay lugares disponibles para ser vocales en la campaña de Theo Pachis, ¿Quieren unirse?
Las chicas se miraron entre sí sorprendidas a mi pregunta, empezaron a reírse y yo fruncí el ceño al no saber la gracia, quiero pensar que esas risas son por el peculiar apellido de Theo.
Una de las mujeres hacía una seña a sus amigas que trataran de tranquilizarse, las chicas se cubrían la boca de una manera educada tratando de esconder sus risas y la mujer volteó a verme con una sonrisa de burla.
—Lo lamento, pero nosotras ya estamos en la campaña de Julio.
—Qué tan difícil era decir eso desde un principio —dije con enfado apartándome de ellas y buscaba otra mesa a donde ir.
Ahora había una mesa donde había hombres y mujeres, de nuevo fingiendo una sonrisa me dirige a esa mesa, uno de los hombres le pegó el hombro a uno de sus amigos dando el aviso que ya iba para allá, todo el grupo volteo a verme callando su plática como las demás, yo con nervios me puse enfrente de ellos y ellos me miran con una ceja alzada sin saber la razón del cual estaba aquí con ellos.
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POTESTAD
FantasySe dice que los más afortunados padecen el síndrome de Alejandría, pero Gemma fue una excepción. Unos ojos morados no hicieron que su padre estuviera presente en su vida, ni le apareció dinero para escapar de la pobreza o le dio la cura de la grave...