24. Este no es mi día

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—No puedo creer que no le hayas avanzado nada —dijo Mia con enfado regañándome por mi estupidez.

Yo estresada iba caminando por mi cuarto de un lado a otro, trataba de ignorar a Mia que se veía tan enfada por la gran irresponsabilidad mía, a pesar que tengo poco tiempo para hacer la tarea de la maestra Gami, yo estaba más preocupada en reparar el collar de mi madre.

—Ne...necesito reparar primero mi collar —dije histérica deteniéndome mirando por los lados sin saber cómo empezar.

—¿Estás hablando en serio?, Gemma —preguntó ella haciendo un ademán molesto y yo la miré con enfado.

—Mia, por el momento el collar que fue de mi madre es más importante que unas tareas —ella se cruzó de brazos como madre enfadada con los ojos entrecerrados y una gran mueca de decepción— Mia... —dije sujetándome con una mano las greñas del cabello desesperada por su actitud— Ya te lo dije, no...podía negarle a una niña de ocho años acompañarla a su clase, después se me olvidó por completo.

Mia puso su mano en su frente alzando su mirada al techo sacando un gruñido de estrés, bajo su mano mirándome ahora con preocupación.

—Bambina, estoy alegre que te hayas conseguido más amigos y comprendo que no fue culpa tuya el accidente que te sucedió para haberte quedado más tiempo, que hasta...tuvieron que usar sanguijuelas contigo para curarte... —dijo ella mirándome con algo de disgusto con solo imaginar la escena— Cosa...que no me siento segura y quisiera llevarte a la enfermería, no sabes si esos gusanos transmiten alguna enfermedad...

—Mia... —dije estresada subiendo la mirada al techo— Ya te lo dije, ellos no pueden saberlo, tengo que proteger a Yael...

—Gemma, pero si ella fue quien te lastimó, porque tienes que ser... —dijo Mia sujetándose las greñas de su cabello queriendo gritar de la desesperación— Tan...especial —trato de decirlo sin sentirme ofendida y yo apreté los puños dando pequeños saltos desesperada.

—Mia no vamos a tener esta maldita discusión de nuevo, son mis putas decisiones las que tomó —dije estando muy estresada, pero me detuve respirando hondo cerrando los ojos tratando de buscar un poco de paz— Vamos...a tranquilizarnos...se que estamos estresadas...

—Ni siquiera es tarea mía y me siento estresada por tu culpa, Gemma, que te sientas así es normal, estamos hablando que termines cinco tareas de la maestra Gami en... —Mia saco su celular— Ocho horas si es que no duermes.

—Y si...no las hago —dije con una sonrisa traviesa y Mia frunció más el ceño mostrando mucho enfado a esa idea.

—Gemma, eso son para los mediocres y tu no eres una, si haces eso, no solo te convertirás en una, sino la maestra Gami te puede reprobar el primer parcial por esa falta de respeto, necesitas hacer las tareas, demostrarle al menos...que si te preocupas por sus clases para hacerlas, ¿Comprendes?

Yo bajé la mirada viendo el collar de mi madre, Mia venía conmigo poniendo su mano sobre el accesorio de una manera delicada y yo volteé a verla estando preocupada por la situación, pero mi amiga me regaló una sonrisa que me ayudaba a tranquilizarme un poco.

—No lo harás sola, te ayudaré, yo puedo reparar el collar de tu madre mientras que tu... —dijo quitándome el collar y me guiaba al escritorio de mi cuarto haciéndome sentar en la silla— Empiezas con la tarea, recuerda de los datos que te enviado, te van ayudar, cuando termine de reparar tu collar, regresare a dártelo y ayudarte en tu tarea, capisci.

Yo le sonreí a Mia y la abrace con gran cariño de su cadera.

—No se lo que haría sin ti —dije apretujandola con más fuerza y sentí pequeños acaricios en mi cabeza.

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