49. Padrino

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Narrador

Bern se encontraba en el dormitorio de su casa junto con su esposa, él caminando de un lado a otro con los puños apretados entre gruñidos muy feroces, teniendo una pijama de seda oscura de dos piezas encima, con unas pantuflas blancas comunes, mientras que su esposa llevaba puesta una bata de seda con aves muy coloridas estampadas, teniendo unas pantuflas que no están a su edad al ser las patas peludas de alguna bestia, pero ella no mostraba importancia que no le quedaran con lo que tenía puesto.

Belen estaba sentada en la orilla de la cama matrimonial, tiene su mirada pegada a la de su esposo mirando de un lado para otro estando de brazos y piernas cruzadas mostrando mucha seriedad a esa actitud que él tiene.

—Estas exagerando —dijo ella con un tono bastante serio y su esposo se detuvo sacando un fuerte gruñido viéndola con esa mirada tan amenazante que su hijo aprendió hacer de él— En vez de comportarte como un perro rabioso, deberías estar alegre porque nuestro hijo consiguió una pareja para la fiesta del invierno —dijo ella frunciendo el ceño mostrando molestia.

—¿Eso es lo que sientes?, ¿Alegría? —preguntó Bern extendiendo los brazos de una manera brusca— Porque si es así, has perdido la cordura en sentirte de ese modo Belen, en permitir que nuestro hijo vaya a tener como ángel del invierno a una teibolera, ¡Eso no es ser madre! —gritó él con gran furia y su esposa se levantó de la cama mostrando un rostro de gran furia.

—¡Mal madre yo?, ¡Quién ha sido el padre quien prohibió a Reto que estuviera con esa pobre criatura?

—¿Pobre criatura?, no seas ridícula, Belen —dijo Bern con enfado dirigiéndose al pequeño mueble con cajones donde encima se encontraba su celular y él con enfado teniendo sus guantes gruesos puestos lo agarro.

—Esa mujer no tuvo la culpa de hacer todas esas actividades, Bern. Si escucharas lo que yo he escuchado de Gemma...

—No hables por su nombre como si fuera una conocida para nosotros, la llamaras por lo que es —dijo su esposo mostrando el índice con gran amenaza y su esposa soltó un gruñido sujetándose las greñas del cabello, ella mostró preocupación al ver que su esposo ya estaba marcando el numero de contacto de Reto.

—Antes que te atrevas hablarle a nuestro hijo, por favor, necesito que me prestes atención primero, Bern —dijo ella ahora con un rostro suplicante yendo con su esposo tomándole las muñecas con poca fuerza para que le preste la atención que ella quiere de él y él la volteo a ver con una mirada bastante fría— Por favor, hazlo...si quiera por mi, solo te pido que no escuches lo que los Heaven quieren que veas, te pido lo que tu esposa e hijo desea que veas en esa mujer.

Su esposo se le quedó viendo a su mujer, ella tiene las cejas y los labios arqueados mirando a su esposo, usando su don para convertir sus ojos en porcelana generando ese gran brillo de tristeza, Bern sacó un gruñido rendido al no resistirse a esa mirada y Belen sonrió con poca victoria.

—Se que lo que nos hemos enterado sobre Gemma, no da una buena vista de ella, pero no podemos ver sólo lo negativo, tenemos que ver lo positivo, Galder ha explicado las razones, la criatura tuvo que trabajar en ser bailarina de tubo por su madre para conseguir dinero para sus medicinas...

—Había otras maneras, Belen —dijo él con un tono bastante frío.

—Eso no lo sabemos Bern —dijo ella con enfado— Mira a todo nuestro alrededor —dijo extendiendo los brazos mostrando el gran cuarto— Tuvimos la suerte de nacer con esto, mientras que ella no le tocó esa suerte, no podemos saber con exactitud la situación que ella se presentaba por haber tomado esa decisión porque nosotros nunca hemos llegado a ese tipo de situación, Bern.

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