Yo mostraba miedo al no saber dónde me encontraba al que todo a mi alrededor está oscuro.
—...ella cree que el hecho de estar en esta academia, vistiéndose con uniformes de buena calidad, teniendo aparatos de último modelo o al estar en clases costosas, es toda una potestad —dijo Scarlett apareciendo enfrente mio sonriéndome teniendo una larga sonrisa de burla.
— No permitiré que pongas un pie en su funeral, para mi estas muerta como tu madre lo está por culpa tuya —dijo mi abuelo que apareció al lado mio que hizo que me apartara de él asustada.
—No importa lo que te has ganado, lo que te han dado, como te vistes o cómo te ves, siempre seras una indigente sin recursos de la calle teniendo toda la suciedad y peste encima, para que me entiendas mejor eres como... —dijo Scarlett poniendo su índice en mi pecho— Como una rata recogida de la calle, no importa los moños que te pongan, siempre seras una rata de la calle y te veras mal como una.
Todos los de la academia aparecieron alrededor mío con la punta de su índice a mi dirección burlándose de mí, hasta Mia y Theo estaban en el grupo a carcajadas, yo me mire a mi misma y me espante al verme con un trapo sucio encima cubriéndome el cuerpo, me abracé a mi misma mirando como todos siguen burlándose de mi sin dejar de señalarme.
—Tu padre y tu son para cual, arruinaron la vida de mi hija, me la mataron, no me detendré en buscarlo y hacer que se pudra en la cárcel por el daño que le hizo, contigo, quiero que sufras lo mismo que sufrió ella —dijo mi abuelo con enfado dándome un empujón y en eso sentí como me faltaba aire para respirar, me sujete la garganta empezando a toser cubriéndome la boca y me aterró al ver la sangre en mis manos.
Negué con la cabeza asustada mirando a mi alrededor que no dejaban de reírse. Yo me cubrí las orejas tratando de no escucharlos.
—Si que estás estresada.
Yo alce la mirada viendo que Leon había aparecido, él con un simple chasquido hizo desaparecer todo a mi alrededor, miré por los lados confundida al ver que estaba mi viejo departamento sentada en los sillones de la sala.
Leon está sentado al lado de mi madre lanzando un dado en la mesita de noche donde tenía una tabla de serpientes y escaleras. Yo trataba de comprender lo que sucedía.
—Seis, tengo la suerte a mi lado, nenas —dijo él calentándose las manos y moviendo la ficha a seis cuadros.
Mi madre tomó el dado ofreciéndome con una dulce sonrisa.
—Es tu turno Gemma.
En eso comprendí sonriéndole tiernamente, estoy soñando, agarre el dado encerrándolo en mis manos sacudiéndolo.
—Pensé que ya habíamos jugado este juego la primera vez que te has metido a mi sueño —dije con una corta sonrisa a Leon y el subió sus pies a la mesita de noche agarrando un mechón de su cabello enchinandoselo con entretenimiento.
—Me gusto, ¿Acaso solo se juega una vez? —preguntó él regalándome una corta sonrisa de burla y aventé el dado mostrando mis palmas.
—Solo decía —dije asomándome para ver que número me había tocado e hice una mueca— Uno.
Leon sacó risas burlándose de mí como niño pequeño, yo con algo de enfado al que la suerte no está conmigo, de costumbre, moví mi ficha a solo un cuadro.
—Tranquila mi gema, te tocará suerte a la próxima —dijo mi madre agarrando el dado encerrándolo en sus manos sacudiendo, ella lanzo el dado, los tres nos asomamos para ver que le ha tocado un seis, ella alargó su sonrisa sacando pocas risas de malicia moviendo su ficha alcanzando a Leon— Vas a perder Leon —dijo en forma de canto mirando a Leon.
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POTESTAD
FantasySe dice que los más afortunados padecen el síndrome de Alejandría, pero Gemma fue una excepción. Unos ojos morados no hicieron que su padre estuviera presente en su vida, ni le apareció dinero para escapar de la pobreza o le dio la cura de la grave...