Capitulo 6.

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Killian.

Mi cien palpita de una manera exasperante. Los analgésicos no sirven para nada, he tomado más de dos y todavía siento que mi cabeza quiere reventar. Las misiones y problemas en las centrales me tiene hastiado, no he podido darme un respiro en estos últimos días.

La WUAF consume todo mi tiempo.

Ya han pasado cuatro días desde la cena con el imbécil de Abel Baker y su esposa. De solo pensar en ello siento como mi genio mejora un poco. Jugué con ella de una manera inexplicable, inédita. Ella intentaba pasar desapercibida frente a su esposo, pero frente a mí no lo logro. Me di cuenta de que solo un toque mío la puso a delirar a niveles extremos.

Sus mejillas estaban sonrojadas, su cuerpo erizado ante mi tacto, sus expresiones me dejaban más que claro como se ponía ante mi presencia, que le gusta mi toque aunque no lo aceptaría. Era solo la segunda vez que nos veíamos, y la primera vez que la tocaba aunque solo fue con mi zapato.

Jugué con su autocontrol, llevándola al límite.

Y mientras tenga la oportunidad seguiré jugando con ella hasta que me canse y tenga mi objetivo: tener entre mis redes a Abel Baker. Hacerlo sufrir. Hacerlo pagar.

—Buenos días, señor ministro—Clavo mis ojos en la capitana Ross que trae con ella varios portafolios.
Ya puedo imaginar de que tratan, son de los casos que retomaremos mientras ejecutamos un plan para tener a Baker.

Plan que fallará, porque el maldito morirá en mis manos.

—Estos portafolios son de los casos que iniciaremos— comienza a decir, tiene todas las miradas en ella a medida que sus labios se mueven y sus ojos marrones están fijos en los porfolios.— los de color verde son los nuevos, los amarillos son los quedaron inconcluso, rojos son los casos fallidos por parte de la central número tres, y por último los azules son del último caso que fue solicitado.

Me tenso ante esas palabras. Los azules.

—¿El de Japón? —Asiente confirmando mi teoría— Siéntate—Acata mi orden sentándose en una de las sillas que yace frente mi escritorio— El caso Azul requiere ser analizado con la mayor cautela posible, ¿entendido? —Asiente— Pueda que este caso este entrelazado con Abel Baker. Cualquier pista que nos lleve a capturar al bastardo de Baker, será mucho mejor. Además podemos saber el porqué su esposa Akira Uchima, no está cumpliendo su puesto como líder en Japón.

Ross Analiza cada una de mis palabras antes de sacar una de las hojas del portafolio azul. Confío en ella, por esa razón la tengo encargada de dirigir todos los casos junto a Jasper.
Ross es una mujer de Rusia, pero nacida en Alemania cuando sus padres fueron transferidos de central. Es una gran estratega y analista, la mejor y por eso está en mi equipo.

—De hecho el puesto que le pertenecía se le fue arrebatado una vez sus padres murieron y ella saliera de Japón huyendo. ¿Por qué? No sé sabe con claridad. Los clanes y mafias solo aseguran que ella jamás fue digna de tal puesto, que solo un hombre podía liderar a hombres crueles como los japoneses—Termina su explicación.

— ¿Por qué no casarse con alguien que ellos asignaran?— cuestionó, pero nadie sabe responderme. Las pongo en la lista de preguntas que resolver— Los japoneses quedan en el tercer puesto. Recordemos qué los italianos y rusos están por encima de ellos en estos momentos—Le recuerdo.

—Los Uchima murieron gracias a una explosión que tuvo su auto mientras competían en carreras clandestinas, un auto siguió e impactó con el auto de la pareja, pero la muerte no fue por el choque. Jasper, puedes explicar.

El susodicho se levanta y con un pequeño control proyecta algunas fotos. Un auto en llamas, y otro impactado.

Jasper es más que un capitán. Es más que un compañero militar. El hombre ha estado ahí en todo momento, se ha mantenido en mi lucha contra mi padre y otros criminales, es de los más fuertes que tengo aquí y pronto será ascendido a Coronel.

Contra las Reglas. (+21) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora