Contra las Reglas. (+21) Editando.

Capítulo 46.

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Killian.

No tenía planeado rendirme por completo ante la mujer asiática que ahora tengo tomada de la mano. Tampoco imaginé caminar así, de una manera tan intima, única, incluso dulce, con ella por la playa y mucho menos organizarle una sorpresa.

«Cursi»

Pero qué más puedo hacer. Es Akira Uchima, una mujer que con solo mirarla, tocarla y escuchar su voz me interesó para más que llevar a cabo una simple venganza, venganza que ahora está en el olvido.

Ahora ni siquiera puedo asociarla con la palabra. Está tan lejos de ser parte de ella, y sé, que muy en el fondo, nunca lo fue, y siempre fue una excusa de mi subconsciente para creer que ella no importaba. Una excusa que me empeñe con continuar, aún sabiendo que no era cierto, estuve perdido por la japonesa desde el momento en que la vi:

Su rebeldía, el fuego en su mirada y su lengua afilada pusieron mi mundo patas arriba.

Es una mujer difícil de domar, atrevida y, sobre todo, una guerrera. A pesar de toda la mierda que ha pasado y contado, se ha mantenido en pie, siempre ha luchado para seguir adelante, y yo estoy aquí, para hacérselo saber, para darle ese mérito, porque sé que ella, o es muy modesta, o solo finge serlo.

Ha tenido sus puntos débiles y quiebres, pero los ha sabido manejar, algunas veces de la peor, y otras de la mejor manera.

Se enfrentó a una de las peores escenas que una persona puede vivir en su vida, vio cómo le quitaban a nuestra hija de su vientre. Ha vivido torturas, humillaciones y muchas atrocidades más de las que no estoy al tanto. Y aun así, resurgió de las cenizas con mucha más fuerza para volver encender esa llama que apagaron durante todo el tiempo de calvario.

«Es fuerte»

De solo pensar que la mujer que tengo a mi lado ahora, cargaba a un descendiente mío en su vientre, un ser humano que llevaría un apellido lleno de mierda e incluso no merecedor de ser escuchado en el mundo, hace que mi pecho se infle y, al mismo tiempo, se oprima por tantas emociones acumuladas en este momento.

Emociones que no logro descifrar con exactitud porque todo es tan contradictorio en mi interior ahora mismo. Aunque quisiera tener más hijos, me juré jamás volver a ser padre porque no quiero que vuelva a suceder lo que acaba de pasar: arrebatarme todo lo que es o fue importante en mi vida.

«Siempre pasa lo mismo»

Sí. Es algo que suele pasarme constantemente, la vida ha decidido que soy su saco de boxeo, y siempre me golpea fuerte, aumentando y mejorando sus golpes contra mi: primero perdí mi inocencia, juventud y humanidad, luego perdí a alguien a quien consideraba un hermano y alguien importante en mi vida, y ahora he perdido a la mujer que me dio la vida en este cruel y oscuro mundo, mi madre.

Solo me quedan Lara y Akira. Que son hasta ahora las mujeres más importantes de mi vida. Las mujeres por las que mataría, y e incluso, moriría, sacrificaría mi vida por ellas, porque no quiero perderlas.

Me niego a perderlas.

—Por última vez —la voz de Akira me saca de mis pensamientos—, ¿me dirás cuál es el misterio?

Sonrío por su insistencia en saber la sorpresa que le tengo preparada. Sus ojos marrones brillan con algo de enojo, pero al mismo tiempo, está emocionada.

Me encanta verla así.

—Y yo te digo por última vez, no —su delgada y delicada mano golpea mi duro torso, ocasionando una leve risa en mí.