Capitulo 14

1.2K 110 38
                                    

Maratón 2/5

Killian.

El vuelo de vuelta a  Turingia se me hace eterno. La llamada de Lara me dejo desconcertado, tanto que no aguanto a llegar para averiguar que mierdas paso.
Ella solo llamo para avisarme, cerrando la llamada y dejándome colgado, necesitado de información.

¿Quien diablos te busca Japonesa?
¿Quien se arriesga tanto como para querer matarte en territorio alemán?

Suelto un suspiro trémulo. No he estado en mi mismo en estos días, desde que esa mujer me propuso lo que yo quería proponerle. Desde que se me adelanto, desde que su necesidad de placer es mayor la mía. Los días en compañía de Baker fueron aburridos, y tuve que contenerme muchas veces. Tuve que contenerme cuando deseaba apretar su cuello, dejarlo sin aire, arrancarle la vida.

Tuve que contenerme cuando mencionaba a Akira, porque si. El maldito lo hacia, una y otra vez. Y no es que me moleste el hecho de que la mencione, no me importa eso para nada, pero algunas veces suelo ser posesivo, prefiero la exclusividad, y ella no es la excepción.

Saber que tengo que compartir, odio eso. Si por mi fuera, sacaría a Akira de todo esto, pero me di cuenta de algo. A Baker le gusta, está colado por esa mujer.
No pienso pagarle con la misma moneda, a mi me gusta pagar con intereses.

— Señor, preparase para aterrizar— asiento ante la voz de la azafata. Me sonríe afable, colocando una mano en mi hombro— Y relájese, todo estará bien.

No digo nada, y ella se marcha. Nelly es mi azafata desde que tenia uso de razón, al principio le sirvió al hombre que se hace llamar mi padre, pero cuando él se marchó, decidí que se podía quedar. Es una mujer noble, tiene 54 años, y es dueña de unos ojos grandes, avellanas. Me preparo para el aterrizaje y cuando el avión toca suelo, me subo en mi auto y llego a mi destino.

**

No la miro. Pero ella si lo hace, me mira con sorpresa, y pasea su mirada hacia Lara, quien tiene varios moretones y dos heridas que ya fueron tratadas.

— Déjanos solos— le hablo a Akira, me mira una última vez antes de emprender camino. Me gusta que respete la privacidad— ¿Que paso?

— Ministro— Lara hace el debido saludo, y sus ojos me miran. Lucen fuertes— Fue mi culpa. Yo lleve a Akira a ese lugar, extrañaba pelear.

— ¿Que más?— inquiero con tono neutral.

— Me deje llevar por las emociones, cuando escuché de esa pelea...

— Nuestro trabajo no es dejarnos llevar por las emociones— refutó ante sus palabras— ¿Que pasó ahí?

Su mirada se mantiene firme, aunque sus labios estén temblorosos y sus manos se aprieten en puños.

— Eran japoneses— confirma mi sospecha— Iban tras Akira.

— ¿Los mataste a todos?

— Ella me ayudó— confiesa— La chica sabe pelear, y disparar a la perfección. También conoce de motos y le encanta la velocidad.

Tomo notas en mi mente. Solo para usarlas de ser necesario, no porque quiera.

— Me contarás después— le digo después de varios segundos en silencio.

— Como ordene ministro— hace un saludo militar, y una sonrisa se forma en su rostro cuando la miro.

Sus mieles me evalúan, y sé lo que quiere. La conozco perfectamente.

— Ahora puedes hablarme como lo que soy Lara, tu hermano— Se acerca hasta mi, envolviendo sus brazos en mi cuello y besando mi frente. Hago lo mismo con la suya, el acto sintiéndose bien, reconfortante.

Contra las Reglas. (+21) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora