Contra las Reglas. (+21) Editando.

Capitulo 7.

Akira.

Sus palabras abren un montón de sentimientos.
Nuevos miedos, viejas culpas. Yo no investigue. En su lugar decidí huir, le atribuí la muerte de mis padres a ese auto con el que impactó. No conté con que el carro de mis padres también tenía una bomba. Ni siquiera lo imagine.

Mi cabeza comienza a dar vueltas.

— Yo lo vi— la voz me sale débil, no sé que más decir. Es como si la herida que, de por sí no ha sanado, se abriera más, dándole paso a más dolor— Los vi con mis propios ojos.

Me obligo a revivir ese momento, a ver el auto en llamas luego de ser impactado.

«Tienes la culpa»

— Estás mintiendo— lo acusó. Llevo uno de mis dedos a su pecho— Solo quieres sacarme información, eres un mentiroso. Quiero que te vayas a...— Mis palabras se pierden cuando toma mi mano y me acerca a él. Puedo sentir su respiración calmada, y sus ojos siendo la representación del fuego.

Trago saliva, apenas puedo sostener su mirada.

— Los mataron— Me dice con voz fuerte— Los mataron— recalca y quiero echarme a llorar pero me contengo. Tengo que contenerme, no puedo llorar delante de los demás— El auto en el que Iban tenía una bomba en su interior.

Niego con la cabeza. Me suelto de su agarre, pero él vuelve a sostenerme, evitándome caer. Muerdo mi labio inferior con fuerza y mi cabeza queda en su pecho, donde lloro. No quiero hacerlo. Trato de detenerlas, pero las lágrimas salen.

No me importa nada.  Mis padres están muertos, y yo lo sabía. Pero ahora se hace más real. Ahora que sé que no es solo mi culpa. Y solo puedo pensar en que Masashi va a pagar, pagará por sus muertes y me encargaré de hacerlo sufrir.

Una de sus manos se planta en mi cabello, en un toque que me confunde pero me reconforta.  A pesar de que es un completo extraño, estoy mostrándole mi dolor. Me estoy mostrando vulnerable.

— Es mi culpa...— las palabras me abandonan, sin filtro. Mi pecho duele, siento que estoy en medio de dos paredes que se cierran, que chocan contra si y logran aplastarme— Yo... yo no quería que ellos murieran— su camisa se moja, producto de mis lágrimas y lloro con más ahínco.

Tan solo si me hubiera casado. Si hubiera aceptado el destino que el trono de fuego tenía para mí, pero no. Fui terca, y al final he terminado casada con un hombre idéntico al que estaba escapando.

«Si no hubieras intentado matarlo»

Las cosas comienzan a pesar ahora. Soy una tonta.
No debí hacerlo, no debí jugar con mi suerte.

— Culparte no ayudaría en nada— su voz me trae devuelta a la realidad y termino alejándome. Respiro con dificultad, sus ojos verdes examinándome.

— ¿Saben quien fue?— preguntó solo por curiosidad, porque mi mente ya tiene un nombre.

— Tenemos de sospechosos a los Italianos y los rusos— no puedo evitar reír, me rio en medio del dolor.

— No están haciendo un buen trabajo— su rostro se mira confuso— Dicen ser los más inteligentes, y no están haciendo un buen trabajo.

— ¿De verdad?— inquiere enarcando una de sus cejas.

— El primer sospechoso se llama Masashi Yamada— el nombre pesa en mis labios, es como ingerir veneno— Ahora déjame sola.

— Volveré— dice en voz alta— Quiero que me ayudes a resolver el caso.

— No soy una estratega policía que ayuda a resolver casos.

A pesar de mis palabras, quiero ayudar. Quiero que vuelva y me ayude a atrapar a Masashi, que me garantice que nunca me atrapara.