Capítulo 29.

858 66 44
                                    

Es un capítulo corto. No olvides dejar tu voto❤️

Maratón 4/4

Killian.

No soy yo. Eso es lo que quiero creer, eso es lo que pienso para no sentir tanta culpa pero es una tarea imposible.

No puedo con esto, por más que aparente ser fuerte, no puedo enfrentar lo que está frente a mis ojos. No puedo enfrentar que me han arrebatado algo por lo que tanto he luchado: a mi madre.

— No te vayas— Le suplicó, le estoy implorando que se quede conmigo mientras hago presión en su herida, y aún así la sangre no deja de salir.

— Mi pequeño...— Su voz es un susurro, tan suave que tengo que agilizar mi sentido de escucha para apreciar su voz— guerrero. Ya es tiempo de que me vaya.

— No es tiempo— Refutó y me sonríe. ¿Cómo tiene la capacidad para sonreír estando herida? Porque está al borde de la muerte y aún así se mantiene fuerte, se mantiene positiva pero yo no quiero eso.

La quiero viva. Escucho la voz de Akira lejana mientras habla por teléfono. Está pidiendo una ambulancia, pero sé que no llegará. Malditamente lo sé, y también sé que quien me ha jodido está aquí dentro. Quiero ir y encontrar a quien se ha atrevido a hacer esto, pero significa dejar a mi madre sola y no me atrevo.

Akira se da cuenta de mis intenciones. La veo seguir un rastro de sangre y vuelvo la atención a mamá. Sus ojos lucen idos, una de sus manos acaricia mi brazo y no deja su sonrisa.

— Ya déjame ir, pequeño.

Niego con la cabeza.

— Tú no, por favor no— Las lágrimas salen de mis ojos y untan todo mi rostro— Tú no mamá.

No sabe cuánto quiero salir con ella cargada en brazos y llevarla a un hospital. O tal vez ofrecerle mi vida para que ella mantenga la suya, pero estoy seguro de que ninguna opción es viable. Fuera nos matarían a ambos, estoy consciente de que una sola persona no puede burlar toda la seguridad que hemos puesto.

— Dile a Lara que se encuentre y que su madre la ama...

Me niego a dejarla ir. No me importa nada y contra todo pronóstico decido salir y enfrentar todo, aunque las posibilidades sean nulas. Me niego a dejarla ir sin hacer nada, me niego a dejarla ir sin poder apreciarla un día más, y muchos más.

Su cuerpo no es peso para mí, y me veo avanzando. Teniendo que esconderme cuando escucho un disparo proveniente de fuera, y luego pasos dentro de la casa. Es una maldita emboscada, y mi mente no piensa claro al momento de dejar a mi madre detrás del sofá y acechar al hombre hasta que lo atrapó por detrás apretando su cuello con fuerza. Gime del dolor y sus manos buscan las mías pero no aflojo, sigo apretando hasta que dejo de sentir su respiración, y no obstante , no lo dejo ir como debería. Su arma llama demasiado mi atención y me veo disparando en medio de su cabeza, al encontrar el seguro quitado.

El disparo resuena en las paredes de la casa.
No dejó disparar nuevamente pero mi mano arde alrededor del arma y quito seguro nuevamente disparando. El proceso es el mismo, una y otra vez hasta que el arma se queda sin balas y el cuerpo queda como un colador. Sus bolsillos tienen más, y la lleno de balas nuevamente pero esta vez vuelvo con mamá.

— Te sacaré de aquí— Le informó aunque apenas puede escucharme— Vamos a salir de aquí, aguanta, por favor.

Las súplicas me salen naturales. Un nuevo disparo se escucha fuera y ahora el miedo y las ganas de ver vivir a mi madre. Porque salir puede significar dar un paso a la muerte, o un paso a la vida. Y no soy consciente de las decisiones que tomo con la cabeza caliente, solo me encuentro siguiendo el movimiento de mis pies con mi madre en brazos.

Contra las Reglas. (+21) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora