Contra las Reglas. (+21) Editando.

Capítulo 50 parte 2.

El capítulo 50 parte 1 va antes, por si Wattpad te manda aquí.

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Killian.

El miedo puede clasificarse como un sentimiento de ansiedad o temor que tienen los humanos ante diferentes amenazas. Muchos le temen a lo ya conocido, otros le temen a lo incierto, pero yo le temo al punto medio, le temo a no saber, y así es como me siento cuando veo a Akira caminando hasta donde se encuentra Masashi.

Estoy un poco lejos de ellos, siendo retenido por los malditos peones que lo siguen, y lo llaman su líder, pero aun así, estoy escuchando todo a través de un pequeño auricular que pusieron en mi odio.

Mi sangre hierve cuando lo escucho llamarle japonesa, con su asquerosa voz. Akira se remueve, y le grita con fuerza que no le diga así, pero el maldito solo se ríe.

— ¿Dónde está?— La escucho preguntar, y sé que se refiere a mi. Puedo escuchar el miedo en su voz, mezclada con la preocupación.

— ¿De verdad lo amas?— Le pregunta Masashi en su perfecto japonés. — ¿Amas a ese infeliz?

— Te esperan— No lucho cuando dos hombres me toman y me llevan a donde ellos están. No lucho, porque siento la necesidad de ver sus ojos, aunque sea por última vez. Quiero tocarla, sentir su piel tersa y probar sus labios suaves. Quiero tantas cosas, y tengo miedo a no poder obtener lo que quiero, tengo miedo a morir sin besarla una última vez, y dejarle en claro que ella ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida.

Los hombres me arrodillan, y puedo ver sus ojos cuando ella busca mi mirada.

— Déjalo ir— Pide en un grito que se escucha caprichoso, pero que guarda fuerza de voluntad y orden. El maldito tiene su mandíbula agarrada y me remuevo.

— Con ese me respondes todo, mi hermosa Akira— Suelta la mandíbula de Akira y sonríe. — Está es mi propuesta.

Akira se gira y mira a donde el infeliz está mirando. Hago lo mismo, fijando mi vista en el auto de carreras, es el mismo auto donde corrimos aquella vez, el mismo maldito auto.

— Todo está listo— le dice un hombre y Masashi sonríe.

— Tienes 7 minutos, para completar 7 vueltas. Una vuelta tomaría 1 minuto con 50 segundos, pero vamos, eres Akira Uchima y quieres a tu amado con vida.

— ¿Estás loco?— Inquiere la japonesa negando con la cabeza, y Masashi solo se ríe. Sigo mirándola, diciéndole que no con mis ojos, y tomo la oportunidad de hablar cuando uno de los hombres arranca el pedazo de tela de mi boca.

— No lo hagas— Pido con voz fuerte— No lo hagas japonesa.

— Tengo que— Dice en un susurro. — Tengo que hacerlo, Killian.

Uno de los hombres de Masashi le entrega un casco. Y ella lo toma, causando que mi corazón se acelere, y el miedo se vuelva más grande, siento las paredes de mi pecho apretarse y niego con la cabeza.

— Vamos Akira.

— ¿Qué pasa si no completo las 7 vueltas en él los 7 minutos?— Le pregunta con desconfianza.

— Una bomba en un auto le quito la vida a tus padres. Si no llegas a tiempo, una bomba en ese auto quitara la tuya.

Me remuevo, pero los hombres siguen reteniéndome.

— No lo hagas. ¡Akira no!— La petición sale desde lo más profundo de mi. Me niego a que lo haga, ella tiene que salir de aquí, tiene que irse, tiene que salvar su vida.

— Yo puedo, Killian.— Dice con convicción, pero veo la duda en su voz. — Voy a poder— Dice dedicándome una última mirada, y siento que mi corazón se me cae al suelo, provocando un nudo en mi estómago. Las palabras no me salen, y la veo entrar al auto y arrancar.