Contra las Reglas. (+21) Editando.

Capitulo 21.

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Maratón 2/3

Killian.

Sé que algo anda mal cuando escucho el estruendo de un disparo. Justo de donde se fueron las chicas. Jasper se levanta, y corre hasta allá con su arma en mano.
Pienso en ir también, pero un hombre pasa por mi lado corriendo, demasiado veloz.

No me toma nada atraparlo cuando me lo propongo, topándome con unos rasgos asiáticos que me hacen llegar a la conclusión de quien está detrás de esto.
El hombre forcejea, y solo basta una de mis manos apretándose en su cuello para controlarlo.

— ¿Quien te mando?— pregunto para confirmar, y su rostro se expande en una sonrisa que muestra todos sus dientes y hace sus ojos más pequeños— ¿Quien te mando?— me contengo de mostrar mi enojo, las personas están merodeando por los alrededores, mirando como sostengo al hombre con fuerza.

El deseo de hacer crujir su cuello aparece, y su risa se ensancha aún más.

—Dile a Akira Uchima: que su dueño le manda saludos— me giro ofuscado cuando escucho otro disparo, dando justo a la cabeza del hombre que tenía agarrado.
Miro a todos lados, buscando de donde proviene. Dejo caer el cuerpo sin importancia y sigo el camino que dejo Jasper.

— No la muevan— demanda él; con esa voz autoritaria que solo sale en los momentos necesarios— La maldita ambulancia— escucho la desesperación en su voz.

Me acerco más. El miedo de que sea mi hermana apareciendo pero marchándose cuando veo a otra mujer tirada en el piso.

La japonesa.

Mi Japonesa.

Alguien hace presión en su abdomen, y me encamino hasta esa ella. Eliminando el toque del extraño que rápidamente desaparece.

— Killian— siente mi presencia, sus ojos pardos y débiles me observan, casi cerrados— ¿Estaré bien?

— Si Japonesa, estarás bien— medio sonríe, pero no dura mucho cuando comienza a convulsionar. Me tenso, escalofríos recorriéndome todo el cuerpo y mis pensamientos distorsionados.

— Japonesa, no cierres los ojos— le hablo, buscando su mirada, pero esta perdida— Haz algo, maldita sea.

No se en que momento me encuentro tirado en el suelo, con su cabeza entre mis manos tratando de impedir que se me vaya. No ahora, me asusta demasiado el hecho de perderla cuando ni siquiera la tengo.

«Cuando aún no he podido llamarla mía»

— Quédate conmigo, mujer— apoyo mejor su cabeza, la ambulancia llega y dos hombres son los que se encargan de llevarla. La alejan de mi, y aunque se que es lo mejor, no puedo evitar extrañarla. Akira comenzó a meterse en mi sistema, y no quiero que lo deje a medias, deseo que termine su labor.

Observó los ojos de Lara, mezclada entre la multitud.

**

No puedo cerrar los ojos. Jasper se ha encargado de traerme un café cargado. Esta a mi lado, y se ve más preocupado que yo.

— Vete a descansar— lo instó— Tienes 12 horas aquí.

— No me iré, no hasta saber que está mejor.

— Ella te lo agradecería— digo viendo sus ojos azules. La preocupación y miedo ceñidos en ellos.

¿La Japonesa también lo atrapo en sus encantos?
Sonrió ante mi cuestionamiento.

— ¿Quien querría hacerle tanto daño?— interroga y recuerdo las palabras del hombre.

Dile a Akira Uchima, Que su dueño le manda saludos.