Capitulo 15.- El Lazo

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No voy a hacer descripciones detalladas y puercas pero igual advierto que se tocaran temas de sexo y violencia, nada muy fuerte pero ajá no está demás decirles.

Ryujin ya estaba fuera del departamento esperando a Minho, se encontraba impaciente y nerviosa, tenia 25 años recién cumplidos, ninguna Omega lobo llegaba a esa edad sin una marca en su cuello, vivía en constante humillación por esa razón se había entendido tan bien con Minho, un alfa lobo al igual que ella con la mayoría de edad cumplida y sin un lazo.

Es mi última oportunidad para enlazarme, pensó la Omega, si no es con Minho no será con nadie.

Vio como el alfa salía del elevador apresurado.

—Minho...

El alfa la interrumpió apresando sus labios con su boca, comenzando un beso necesitado, rápidamente introdujo su lengua en la boca de la Omega, él la había llamado a ese lugar con un propósito y no perdería el tiempo.

— Vamos Ryujin, entremos— Susurró a su oído.

La Omega lo siguió sin decir una palabra, se dirigieron a la habitación del alfa, impaciente metió sus manos en la camisa de Minho, buscando sentir su piel.

Un gruñido corto salio de la garganta del alfa, haciéndola ronronear

—Me encanta este Minho — Susurró sobre sus labios — Márcame — Suplico besando su cuello, incrementó su aroma a fresas para seducir al alfa.

Minho no paraba de gruñir, no podía controlarlo, su lobo aullaba desesperado mientas su lado humano solo intentaba concentrarse en la Omega frente a él.

Ya cállate maldito perro, Se dijo a sí mismo.

Exasperado tomó el borde de la blusa de la Omega y tiró de ella hasta sacarla.

—Alguien está un poco impaciente — Intentó bromear, comenzaba a sentir al alfa de Minho presente, esto la intimidaba bastante — Hay que emparejar un poco la situación — Dijo comenzando a desabotonar la camisa de Minho, al sacarla continúo con el cinturón, Minho solo gruñó — Hace tiempo quiero probar algo — Susurró bajando sus pantalones y poniéndose de rodillas frente a él.

No permitas que nos toque, El lobo de Minho comenzó a aullar con más fuerza.

Cerró los ojos con fuerza y respiró profundo, él había escogido a Ryujin como su Omega y la voluntad de la diosa luna o su terco lobo no lo detendrían.

Tomó el cabello de la Omega y tiró de el con fuerza, le permitiría a la Omega hacer lo que quisiera con él antes de marcarla, al final de la noche estaría enlazado con ella.

Sintió la humedad de la boca de la Omega, un fuerte gruñido salió de su pecho y dejo su mente en blanco.

—Ryujin — Se quejó — Ryujin detente.

La Omega se detuvo para mirar al alfa confundida —¿Qué sucede Minho, no te gusta?

—No, no es eso — Tartamudeo — Es mi alfa, mi lobo está tomando el control — Dijo con dificultad.

La Omega sonrió emocionada.

—¿No es eso una buena noticia? — Se puso de pie para volver a besarlo, está vez fue detenida por el alfa.

—No se cuánto tiempo podré controlarlo, acuéstate, acabemos con esto pronto — Dijo acostando a la omega en su cama.

Ryujin lo miró un poco desanimada, esto no era lo que ella esperaba del día en que se enlazara, pero esto era mejor que nada, se forzó a continuar.

—Vamos, márcame alfa — Dijo en un ronroneo, soltó feromonas olor a fresa llamando al alfa.

Esas palabras bastaron para que el lobo de Minho tomara el control, dio dos pasos hacia atrás observando toda la habitación, no había nada ahí que oliera a la manada, no había nada en ese frío departamento que el lobo pudiera reconocer como suyo, este no era su lugar y esta no era su Omega, comenzó a gruñir con fuerza.

—¿Min? — Preguntó confundida y algo asustada —¿Ocurre algo, estás bien?

Largo— Gruñó usando su voz de alfa.

—¿Alfa? — la Omega comenzó a temblar aterrada.

—¡Tu no eres mi Omega, largo de aquí!

Ryujin se levantó enseguida y se vistió con rapidez — ¡¿Minho que te pasa?! — Preguntó temblorosa al borde de las lágrimas.

Harto la tomó del brazo y la saco de su departamento, cerro la puerta en su cara sin dar más explicaciones.

Frustrada comenzó a golpear su puerta, Ryujin necesitaba respuestas, no podía tolerar ser rechazada.

—¡Maldito alfa estúpido, abre!

Los gritos y golpes llamaron la atención de los vecinos del alfa.

—¡Prometiste ser mi alfa, no puedes rechazarme ahora!— Comenzó a llorar desconsolada.

—¿Estás bien? — Preguntó un beta acercándose lentamente —¿Quieres que llame a la policía?

—El maldito alfa cobarde me prometió enlazarse conmigo y al final se arrepintió, ya me tenía en su cama desnuda y me rechazó — Lloraba lamentándose.

El beta entendió la situación y sin consultarlo una vez más llamo a las autoridades, engañar a omegas con promesas de vincularse solo para acostarse con ellos era un delito altamente penado.




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