Penúltimo capítulo.
Luego de la repentina noticia de Idaly realmente ni siquiera sabía cómo me estaba sintiendo, lo único que sabía con seguridad era que me encontraba perdida. No tenía la cabeza enfocada ni siquiera para poder trabajar y muy en contra de mi voluntad me vi renunciando al trabajo un día antes de que Idaly también lo hiciera por obvios motivos.
Mi decisión fue sorpresiva para todos, sobre todo porque era muy estricta conmigo misma y con el tema del trabajo, pero a este paso sentía que mi corazón y mi mente no me querían responder. Jarvis había tenido que hacerse cargo de Estrella durante estos días mientras ayudaba a Idaly a armar su maleta y aunque aquello rompía más mi corazón solo me mantuve con una sonrisa mientras Idaly me contaba cosas que antes no había considerado importante.
Como por ejemplo el hecho de que se había acostado con Hank en algunas ocasiones, según ella no fue nada serio y que no sentía absolutamente nada por él, solo habían sido encuentros repentinos cuando trabajaba. Le creí y sinceramente tampoco me molesto, Idaly era una mujer libre que podía hacer lo que quisiese.
Al tercer día después de la noticia Tae me había dicho que ya tenían los pasajes y aunque no quiso decirme dónde irían, después de mucha insistencia terminó confesándome que irían a Argentina pero no sabía con exactitud a qué parte. Los pasajes serían el sábado y recién estábamos a jueves, todo parecía tan caótico dentro de mí que me enfurecia al sentir que por fuera todo marchaba muy bien, como si no nos estuviéramos por separar.
Odiaba las despedidas, le temía mucho a que las personas me abandonaran y que Tae me haya dicho que no nos íbamos a poder ver por un tiempo me hacía enojar. Me sentía...desorientada.
Al otro día de la noticia Tae me había dicho que lo mejor sería que yo y mis hermanos también nos fuéramos, pero que no era necesario que nos separaramos porque presentía que no lo iba a permitir y estuvo en lo cierto. Por lo que tenía entendido Amelie se quedaría en la ciudad a ocuparse de la empresa y de Tae no sabía mucho tampoco, dijo que iba a ocuparse de todos antes de pensar en él.
—¿Cómo te sientes? —pregunta Jarvis apagando la televisión después de no encontrar un canal divertido. Apartó la mirada de la pantalla y busco su mirada—. Con respecto a todo esto.
—No lo sé, no sé como sentirme. —Me encogí de hombros, porque esa era la verdad. ¿Qué tan malo era no saber cómo me sentía?
—¿Qué va a suceder con nosotros? —Solté un suspiro y estiré mi cabeza hacia atrás.
—Tampoco lo sé —confesé. Lo único que sabía era que Tae iba a sacarnos un pasaje de avión, lo demás era misterioso hasta para mí—. Lamento haberte puesto en esta situación.
—No digas estupideces, tú no tienes la culpa de nada.—Chasquea su lengua y estira su mano hasta tomar la mía—. Estuve pensando...
—¡Vaya! ¡Qué milagro! —bromeé.
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Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]
RomancePrepotente, decidida, fuerte, vengativa, competitiva, con humor ácido, sarcástica en ocasiones serias y con unas curvas de armas. Lacie es el prototipo de una mujer perfecta, lástima que trabajar de Escort no ayuda como beneficio a todo aquello. Y e...