L A C I E
Paso mi dedo índice por mis labios bajo su mirada atenta y de apoco voy arrastrando el líquido hasta mi lengua. Cuando está dentro de mi boca no dudo en tragarlo y ante tal acto el cuerpo de Tae se estremece. Sin nada más que agregar voy recuperando mi postura de apoco, abotonándome la chaqueta de lana que en un momento brusco Carter alcanzó a abrirla. Aún entre sus piernas, acomoda su ropa y me atrae hasta su cuerpo haciéndome sentar en su regazo nuevamente.
—Debo irme —anunció como si no lo supiera. Acomodo su cabello hacia atrás limpiándole la leve capa de sudor que le quedó en la frente. Él cierra sus ojos sin apartar sus manos de mi cintura.
—¿Serias capaz de hacerme un favor? —musita relajado. Conteniéndome a no recorrer la paz de su rostro con mis dedos lo observo como cual psicópata. « ¡Dios!»
Pensar en hacerle favores a Tae me asusta, sobre todo porque si me sonríe de la única forma en la que él sabe hacerlo no habría manera de que yo me pudiera negar. Sí hacerme un poco la difícil, esa es mi naturaleza, pero negarme estaba muy lejos.
Cada vez iba comprendiendo el efecto que tenía sobre mi cuerpo, la manera en cómo podía mezclar mis pensamientos y hacerlos poner en mi contra. Me estaba volviendo bipolar y no me gustaba.
—Depende —respondo al final. Sonríe al oírme y segundos después abre sus ojos.
—Necesito que trabajes para mí. —Curiosa elevo una de mis cejas. De todas las cosas que podría llegar a imaginarme, sin dudas esta no era una de ellas—. Mi secretaria está por dar a luz y sinceramente no estuve muy pendiente en buscar una suplente. Solo serán unos meses hasta que pueda volver a trabajar, prometo que te enseñaré todo.
Más que un favor sonaba más como un capricho. Carter simplemente podría no hacerse cargo de contratar a alguien que la suplante estos meses y dejar ese trabajo para alguien más, pero aquí estaba: pidiéndomelo a mí cuando sabía que su trabajo sería el doble. Yo no era una persona capacitada y no me molestaba admitirlo porque eso me recordaba las cosas pendientes que tenía de ahora en más.
Decirle que sí por puro capricho solamente estaría sumándome a la convivencia que él quería imponer. No nos veíamos mucho porque siempre pasaba tiempo en la empresa, no era secreto de nadie, y aunque era extraño, a mí me hacía sentir bien ese tiempo alejada de él. Soy de las personas que creen que pasar mucho tiempo con la persona que te gusta desgasta la pasión entre los dos y realmente me da pavor perder esto.
No simplemente por eso, este lugar es una zona de trabajo y no una sala escolar para que él esté pendiente de mí. No me lo merecía, él no se lo merecía y sus hermanos tampoco. Preferiría que consiga una persona que ejerció para esto, que esté preparada, que quitarle aquella oportunidad solo por un capricho.
Terminó el recorrido en su mentón e inclinándome apoyo mis labios sobre los suyos, entreabriéndolos solo para humedecerlos. Es él quien mueve con demasiada delicadeza sus labios incitando a los míos a despertarse y de apoco se va ocupando de cada parte que compone mi boca. Como siempre, como estoy segura de que nadie más lo hará, toma su estrategia para volverme loca rodeando mis labios completamente, comiéndolos en su totalidad. No sabría decir si su boca es más grande o porqué encajamos a la perfección, pero Tae Carter se lleva el premio al gran besador del año.
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Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]
RomansaPrepotente, decidida, fuerte, vengativa, competitiva, con humor ácido, sarcástica en ocasiones serias y con unas curvas de armas. Lacie es el prototipo de una mujer perfecta, lástima que trabajar de Escort no ayuda como beneficio a todo aquello. Y e...