Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]

21. Piedra, papel o tijera.

S E G U N D A P A R T E

L A C I E

—¿Crees que esconde algo? —pregunta Idaly, sin sacarle la mirada de encima.

—No lo sé, pero creo que sí —respondo, de la misma manera—. De hecho, ¿Te acuerdas de aquella vez que fuimos a la fiesta en la mansión con los amigos de Oscar?

—¿Cómo olvidarlo? —Suspira afligida, terminando de peinarse el cabello con sus dedos—. Esa noche el hombre me pidió matrimonio.

Giro a verla realmente sorprendida, que recordara aquel tema de conversación nunca había salido a la luz entre las dos y eso que nos contabamos absolutamente todo cuando de clientes se trataba. Nunca había insistido en invadir su privacidad, principalmente porque yo tenía una y como tal me gustaba que también lo respetara, así que habíamos dicho que cuando el tema de conversación fuera tan delicadamente íntimo no íbamos a obligarnos a decirlo y eso no significa que no confiaramos una a la otra, sino porque tampoco queríamos romper nuestra intimidad.

—¿Qué?

—Sí, me había dicho que me quería conocer porque realmente creía que valía la pena y le resultaba "exquisitamente interesante", así que llegó a la conclusión de que el matrimonio era beneficioso para los dos. —Frunció su entrecejo sin borrar su sonrisa divertida. Nunca la había escuchado hablar sobre el matrimonio ya que al igual que yo sabía que sería imposible establecer algo verdaderamente sano con alguien cuando supiera a qué nos dedicamos—. Estaba loco, en fin, ¿qué pasó esa noche?

Asiento con mi cabeza apartando la mirada nuevamente.

—Lo encontré con una mujer —cuento con un sabor amargo en la boca, aún recordarlo me daba retortijones en el estómago—. Y cuando le fui a preguntar qué estaba haciendo me respondió que estaba trabajando.

—¿Tú crees que...? —Chasqueo mi lengua, soltando un bufido exasperante.

—¿Por qué crees que tiene dinero? Se supone que está viviendo con lo que le doy a Evolet. —Relamo mi labio inferior ansiosa, apartándome cuando escucho el microondas.

—¿Entonces qué le dirás? —Se apoya contra la pared cruzándose de brazos. Siento su mirada penetrando mi espalda cuando giró a ver la comida y su intensidad me agobia. Sé la respuesta que quiere, pero no está en mis manos aquella solución tampoco.

—¿Yo? Nada, él es grande y puede tomar sus propias decisiones —miento descaradamente. No permito que mi cuerpo me delate y me preocupo de sacar la comida del microondas procurando no quemarme.

—Lacie...

—¿Qué? Idaly, tú lo viste. —Dejó la bandeja de vidrio en la mesa y me saco los guantes angustiada—. Le estaba pagando la universidad, sus gustos e incluso seguí manteniéndolo cuando se fue a la casa de Evolet, ¿Crees que hace todo esto porque lo necesita? Jarvis está iniciando todo este circo porque piensa que me joderá y yo tengo muchas cosas más importantes como para soportar niñerías de su parte.