41. Perdidamente enamorado.

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—Eso ha sido demasiado fuerte

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—Eso ha sido demasiado fuerte. —Escucho que dice detrás de mí cerrando la puerta sin medir la fuerza. Frustrado me saco la chaqueta de mi traje y conteniendo la ira que estaba sintiendo la tiró en mi silla soltando un suspiro observando el ventanal—. A ver, que te conozco, pero no hubiese apostado por ti. Ahora véanme aquí. Sorprendidisima.

No quería descargar mi frustración con ella cuando no tenía nada que ver al respecto, pero las actitudes de Lacie me robaban la poca paciencia que tenía. Había quedado como un idiota, no solo delante de ella, sino de las demás también. ¿En qué momento había perdido los estribos? ¿En qué momento había dejado de ser "Tae Carter", la persona que no le importaba absolutamente nadie más?

—Lacie solo consigue hacerme doler la cabeza —confieso negando con la cabeza antes de sentarme en la silla luego de retirar mi chaqueta. Ni siquiera yo mismo podía creer en lo imbécil que me había convertido.

—Te hace perder la cabeza, eso es estar enamorado Tae. —Abro mis ojos cuando intento despejarme un poco y la observó con el ceño fruncido. Bera gesticula una mueca de disgusto y cruza una pierna sobre la otra—. Así es, una mierda pero así se siente.

—¿De qué hablas?

—Del amor, de esa mierda de estar enamorado. —Lo podía ver en sus ojos, el tema del amor la hacía poner nostálgica, pero su cuerpo muy lejos de sus sentimientos no dejaban de demostrarme la mujer fuerte que era—. Eric me hacía perder la cabeza, así de loca me tenía. Pero ya ves, no tuve un final de cuento.

—¡Oh, gracias! Eso me motiva un montón —ironizó.

Bera sonríe y niega con su cabeza.

—Te daré un consejo, Tae. —Asiento con mi cabeza incitando a que siga hablando—. Jamás tendremos la certeza de lo que puede llegar a suceder, pero quedarse con el "que hubiese sido" es algo que jamás te perdonarás o sacarás de la cabeza. A veces es mejor arriesgarse que quedarse con las dudas, de todas formas todo lo bueno o malo siempre trae enseñanzas a la vida.

—¿Todo eso aprendiste después de que te rompieron el corazón? Parece sacado de una galleta de la fortuna.

Ella pone sus ojos en blanco.

—Los años no vienen solos. —Se encoge de hombros—. Ahora dame esos malditos papeles que me quiero ir a dormir.

Sonrió negando con mi cabeza y me inclino un poco hasta la pequeña caja fuerte que tengo detrás. Pongo el código, saco los papeles correspondientes y al entregárselo Bera se levanta del asiento. La despido dentro de mi despacho y cuando me deja solo vuelvo a suspirar observando la vista que tengo desde estas alturas.

Ni siquiera sabía de dónde me había salido ese coraje para decirle esas cosas, al parecer solo me quedaba tener que aceptar lo que Bera me había dicho. Estaba perdidamente enamorado de Lacie, de su sencillez, de cómo era ella, de sus silencios, de sus problemas y ya no había vuelta atrás.

Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora