—Ohhh, ¿eras tú? —La expresión amable que había mantenido se desvanece. Gesticula una mueca de disgusto y sin bajar su mentón menea su melena pelirroja hacia atrás aún prendida del brazo de Tae.
—Nos volvemos a ver. —Cielo, la misma chica que me había despedido por la tarde, eleva una comisura de su labio.
—¿Por qué la despediste? —interroga Edward frunciendo su entrecejo. Carter sale de su sorpresa y observa a ambos en silencio bebiendo de su copa.
—¿Por qué? Es una insolente, ¡me mandó a la mierda! —chilla. A su lado, Tae se atraganta con la bebida llamando la atención de todos.
—Es algo que ella diría. —Amelie se encoge de hombros, ocultando una sonrisa.
—¿Ya la conocías? —pregunta el fotógrafo en un tono decepcionante.
—Claro que sí. —Sonríe con orgullo—. Es una de mis mejores amigas.
Esta vez sorprendida, me quedo muda y con los ojos bien abiertos. Éramos amigas y eso lo tenía claro, pero no pensé que la unión de tan poco tiempo sería considerado para ella como algo realmente importante. Integrarla a mi círculo privado para mí era mucho y oír de su parte que me consideraba alguien importante era demasiado.
Sin darme cuenta me aferro al brazo del chico que tengo a mi lado y me tenso, clavándole mis pocas uñas. No quería que de su boca salieran palabras incorrectas, no estaba preparada para enfrentar la verdad si a él se le ocurría decirle quien era en realidad.
Elevo la mirada hasta su rostro cuando siento una caricia en mi cintura y él me sonríe, intentando calmarme un poco.
—¡Qué mal! Quería que fuera una sorpresa. —Me atrae hasta su cuerpo, pegándome a él completamente—. Chicos ella es Lacie, mi novia.
Tae, quien había decidido darle una segunda oportunidad a su bebida, vuelve a atragantarse esta vez ganándose unos leves golpes en la espalda por parte de la pelirroja. No le presté atención porque había cosas más importantes por la cual preocuparme, como por ejemplo la expresión que Edward y Audrey habían puesto.
La chica que trabajaba conmigo abrió sus ojos con sorpresa y al mismo instante me regaló una sonrisa picara. Edward, al contrario, apostaría a que se estaba aguantando una carcajada que ni yo comprendía el porqué.
Besó mi sien solamente para hacerlo más creíble y en ese momento, al ver la expresión de adoración que ponían las chicas, supe que fingir ser su novia no sonaba tan mal como contar que era una Escort y que me habían pagado para pasar la noche con él.
—¡Por favor, tomen asiento! —exclama Amelie y debido a que todos aún tenían la atención en nosotros, solo yo fui testigo de cómo Carter puso sus ojos en blanco.
—Íbamos a ir por algo de beber —cuenta el fotógrafo.
—Llamaré al mesero, quédense un momento, Kilian.
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Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]
RomancePrepotente, decidida, fuerte, vengativa, competitiva, con humor ácido, sarcástica en ocasiones serias y con unas curvas de armas. Lacie es el prototipo de una mujer perfecta, lástima que trabajar de Escort no ayuda como beneficio a todo aquello. Y e...