17. Categoría.

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L A C I E

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L A C I E

—Si eso es lo que quieres, hazlo. Yo sinceramente ya me canse. —Se encoge de hombros metiendo ambas manos a los bolsillos delanteros de su pantalón—. Me canse de todo esto, de verte y tener que aguantar que me juzgues, que me ataques. Me canse de que cada palabra que se cruce entre nosotros sean todas malas, me canse de toparme contigo, de verte y de tenerte cerca. Es suficiente, realmente me canse.

—¿Y qué quieres que haga?

—Que no te olvides que tuviste una oportunidad de mejorar y que no fui yo quien te la dio, fue Amelie —responde, antes de darme una última mirada e irse en dirección a su coche.

De pie observando como su deportivo abandonaba la zona del hotel trague saliva suavizando el dolor de mi garganta cuando un cúmulo de respuestas se quedaron estancadas ahí. Él tenía razón aunque me costaba admitirlo, en absolutamente todo lo que dijo. Siempre que nos cruzábamos y él desprendía aquella falsa inocencia me molestaba, sobre todo cuando ponía el dinero de por medio. Sentirlo cerca me hacía viajar a lugares en donde no quería estar, justamente en el principio de todo mi infierno.

Por otra parte, también tenía razón cuando decía que quien me había brindado esta nueva oportunidad sin esperar mucho a cambio fue Amelie y no podía defraudarla. Ella era experta en esto, sabía que yo no portaba muchos conocimientos pero aún así había decido confiar en mí. El trabajo no era fijo, pero la realidad era que no estaba ganando nada de dinero después de todo lo que había sucedido. Oscar se había encaprichado a no pagarme y estábamos sobreviviendo con el poco dinero que Idaly ganaba. Era consciente de con cuantas personas le tocaba estar para ganar ese dinero y no llevar a casa mi parte me desesperaba.

Necesitaba el dinero y conservar mi dignidad, pero lamentablemente Estrella no comía, no vestía y no estudiaba con mi dignidad, mucho menos Jarvis, así que tuve que tomar mi poco orgullo y volver para llevar eso que necesitaba a casa.

El día había pasado muy lento de lo que esperaba y aunque pensé que terminaría temprano para poder pasar tiempo con Estrella, la triste realidad fue que solamente me dio tiempo para ducharme e irme al club. Idaly ya estaba ahí tratando de dibujar mi ausencia con excusas, maniobrando la situación para no recibir otro castigo hasta que llegue justo antes de que se cumpliera el horario de ingreso.

Por lo menos Oscar me había sacado de las calles y considero dejarme en mi puesto. Eso no cambiaba mucho porque todavía tenía que seguir dándole mi dinero para pagar aquella cuota que desconocía y le debía. Esta noche, por lo que había escuchado, el señor Anderson había vuelto después de semanas de estar desaparecido y yo mantenía una leve esperanza de que me pagara más de lo debido como siempre.

Suspiro todo mi aire acumulado y detrás de las cortinas que dan al pequeño camarín veo como el lugar va llenándose como siempre.

—He oído que en unos días Oscar inaugurará el sector del norte —cuenta una de las chicas mientras se maquilla.

Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora