T A E
Le doy una mirada rápida al móvil cuando el semáforo se pone en verde y bufo, tratando de poner la conversación con Hank.— ¿Dónde te metiste? Acabas de sacar mi trasero de mi casa porque se te ocurre hacer una reunión imprevista y cuando llego a la empresa, ¡me dicen que ni siquiera te presentaste esta mañana! —Hundo mis cejas, observando con impaciencia el tráfico—. No quiero saber que esto es una puta estrategia para hacerme ir a esa estúpida cena porque me las pagaras demasiado caro, Hank.
Tiro mi móvil al asiento de copiloto y apoyó la mano en el claxon tratando de que los de adelante se apuren. La paciencia esta mañana no me acompaña, supongo que desde que Hank me hizo salir de casa por una "reunión improvisada" previa al cierre que teníamos mañana con un hotel.
Cuando logró salir del tráfico decido meterme por otra calle menos transitada y vuelvo a tomar el camino al destino que me propuse ir apenas salí de la empresa. Aparto ambas manos del volante bajando la velocidad y soltando un suspiro me desajusto la corbata mientras a lo lejos comienzo a ver el vecindario en donde está situada la mansión. Golpeteo con mis dedos el volante cuando llegó y ansioso espero que me abran las rejas.
Hank ama venir a las reuniones que Amelie hace con sus amigas solo porque sabe que de aquí saldrá con una de ellas para irse directamente a su departamento. No es sorpresa o secreto saber que les gustamos, pero nunca se me pasó por la cabeza la idea de acostarme con una de ellas. Sí, tenía necesidades, pero no era una prioridad de vida como para ir teniendo sexo con la primera persona que se me cruzara. Tengo sexo cuando quiero y lo veo convenible, cuando se que la atracción es mutua y al otro día no estarán detrás de mi jodiendome la vida.
A comparación, de Hank lamentablemente no puedo decir lo mismo. Ni con mis dedos puedo contar las veces que tuvo que poner una perimetral a varias mujeres solo porque él le prometía cosas que jamás les daba. En pocas palabras, Hank fue, es y seguirá siendo un completo idiota que no puede controlar a su propio pene.
— ¿Realmente piensas que estoy aquí solo por ti? Por favor, tengo una vida por si no sabías.
Cuando bajó del coche que consigo estacionar entre los dos demás intento ir hacia el porche, pero una voz conocida llama mi atención desde el costado de la mansión. Detengo mis pasos y buscando su presencia consigo reconocer su cabello rubio y su cuerpo dándome la espalda mientras que Oscar a unos cuantos pasos de ella la observa completamente furioso.
Amelie, Hank, su amiga droga personas y una niña junto a Thomas acompañan la escena y como ellos soy consciente de cuando Oscar acorta la distancia entre los dos y como con su mano abierta abofetea su mejilla haciéndola retroceder unos cuantos pasos. Mi hermana suelta un jadeo de la impresión y se lleva ambas manos al pecho en un intento por protegerse al ver aquella escena y Hank la detiene del brazo aunque ella no pudo mover ni siquiera un solo músculo de su cuerpo de su estado de shock.
ESTÁS LEYENDO
Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]
RomancePrepotente, decidida, fuerte, vengativa, competitiva, con humor ácido, sarcástica en ocasiones serias y con unas curvas de armas. Lacie es el prototipo de una mujer perfecta, lástima que trabajar de Escort no ayuda como beneficio a todo aquello. Y e...