Deseando tus curvas. [Trilogía:#1]

1. Una Escort.

L A C I E

—Préstenme atención por favor, no me hagan perder el tiempo —Idaly trata de llamar la atención de todos entre el bullicio. Cuando lo consigue ladea una sonrisa fingida mientras se acomoda en el centro para que ninguno se pierda un solo centímetro de aquellas curvas—. Ya saben las reglas, nada de tocar o subir al escenario si no tienen pases vips. El espectáculo dura solamente unos cuatro minutos, el que requiera atención de las bellezas que se presentarán en unos segundos, Oscar se encuentra en la barra. —Lo apunta, haciendo que este agite su mano en forma de saludo a todos los hombres que lo observan—. Para una noche más pacífica y no tener que recurrir a la violencia, la casa invita a que mantengan su comportamiento y disfruten. Buenas noches.

Cuando Idaly baja del pequeño escenario varias de las chicas que estaban detrás de este suben al oír que la música comienza. Por otro lado yo no me muevo, ni me uno, ya que ese no es mi puesto de trabajo así que espero plácidamente en un taburete hasta que Idaly se me suma.

Inconscientemente comienzo a moverme en mi lugar bebiendo de mi trago cuando la melodía lenta y erótica me inunda. El paso de baile me lo sabía de memoria ya que a veces cuando no había nadie en el bar, con Idaly nos subíamos al tubo del centro para poder aprender y en un futuro cercano dejar el puesto que teníamos, aunque sabíamos que sería imposible.

Desde que le habíamos propuesto sumarnos Oscar se había negado, años tras años. Según él no servíamos para bailar y tampoco quería perdernos como prostitutas ya que supuestamente sus clientes tenían buenas impresiones por parte de nosotras.

En total solamente éramos pocas las mujeres que nos manteníamos de este lado, valiendo en lo económico más que las mujeres que bailaban y dejaban todo en aquel escenario. La mayoría eran nuevas, Óscar siempre iba rotando de mujeres con sus socios, pero nosotras ya estábamos condenadas a esta vida.

Cada una en este bar tenía una historia, una dolorosa para recurrir a la forma más desastrosa de poder conseguir dinero y no las juzgaba, porque los prejuicios es algo que se dejaba en la primera noche que te entregabas a alguien por dinero. Mi motivo es lo único que me mantiene firme e hizo cerrar las puertas de mis sentimientos en este "trabajo" o lo que sea que me da dinero fácil.

—Lo están haciendo bien como para ser su primera vez —confiesa Idaly, bebiendo de su vaso mientras se mueve al ritmo de la canción.

Conocí a Idaly exactamente la primera vez que llegué al lugar. Ella ya estaba en el puesto de prostitución desde hacia algunos años, según Idaly me contó que se lo gano con mucho esfuerzo ya que no solo las Escort eran las que más ganaban en el lugar, sino también que para estar en ese nivel Oscar tenía que estar muy seguro de que no eras alguien que podría llegar a delatarlo. Por otro lado, desgraciadamente yo ya había ingresado con ese puesto apenas crucé las puertas porque desafortunadamente Oscar ya me conocía a la perfección.

Apenas nos conocimos con Idaly establecimos una amistad que hasta el día de hoy pienso que no es normal. Idaly es mi otra mitad, lo que me complementa y una de las pocas personas que más me importan en esta vida. Ella es mi hermana mayor, aunque solamente me lleve un año de diferencia.