«Daemon, el príncipe de la ciudad, como él se hacía llamar, ya tenía tres hijas cuando su cuñada Alicent dió a luz a su último hijo, aunque sólo sabía de la paternidad de Visenya. Su amada Syra, había tenido dos hijas con un maldito Hightower, lo que no sabía era que Ceryse y Saera en realidad tenían su sangre.»
Syra & Daemon
Para poder contar bien su historia es importante primero ir más atrás en el tiempo, hasta la aventura de la princesa Saera Targaryen, hija del rey Jaehaerys I y su hermana esposa, la reina Alyssanne Targaryen; la joven ya traía un largo historial de travesuras a sus tan solo diecisiete años, era para resumir un dolor en el culo de muchas personas, ciertamente no le importaba hasta que punto llegarán sus acciones ni a quienes hirieran, y para agregar más drama deseaba tener a todos los hombres que pudiera, y vamos, ¿cuántos hombres no eran iguales deseando a mujeres? Pero lastimosamente Saera no tenía el tan aclamado miembro viril que hacía que eso fuera totalmente normal. Hablemos de la aventura que le trajo la furia de su padre, la joven había tenido una noche ajetreada, primero había estado besándose con sus dos amigas en la cama, para luego añadir a Beesbury a la diversión, y al parecer Mooton y Connington también habrían pasado por sus lechos. Ellos tres, sus favoritos, habían sido encarcelados uno de esos días por jugarle una broma al bufón de la corte aunque terminaron admitiendo que la idea fue de Saera, era algo bastante obvio, lo que no admitieron y ocultaron ella lo terminó revelando cuando su padre le preguntó si su inocencia había sido tomada por alguno de los tres, «los tres creeyeron que fueron el primero» hasta comentó con gracia, pero tranquilizó a su padre diciéndole que se casaría, aunque la tranquilidad duró segundos, jugó con fuego al insinuar que podría casarse con los tres al no saber a cuál elegir, tuvo el descaro de compararse con Aegon el conquistador y con el mismísimo Maegor el cruel, el último tocó una fibra sensible de su padre e hizo que la confinaran en su habitación, la llevaron a la fuerza y arrastrando porque ella se negaba, intentó escaparse para reclamar un dragón y volar lejos pero los guardias la atraparon antes, debido a eso fue llevada a Oldtown para que fuera una septa como su hermana mayor, duró tan sólo un año y medio ahí antes de escaparse a Lys.
¿Y qué tiene que ver Saera en ésta historia? ¿Es por qué lleva el mismo nombre que una de las hijas de Daemon? Sí y no, lleva su mismo nombre porque comparten la misma sangre, un hecho que habría cambiado varías de las decisiones que Daemon tomó si lo habría sabido en su momento.
Hablando de él retomemos un poco de su vida, segundo hijo del príncipe Baelon Targaryen y su hermana esposa, la princesa Alyssa Targaryen. Perdió a su madre pocos días después del nacimiento de su hermano menor, que no mucho después también falleció. Tenía cuatro años cuando su tía, Saera, había partido a Lys. Bien conocido en su juventud como un príncipe apuesto, atrevido y peligroso, un guerrero hábil que fue nombrado caballero a sus diecisiete años, momento en el cual su abuelo, el rey Jaehaerys I, le obsequio la espada Darksister. Entre otras cosas se casó con Rhea Royce, un matrimonio que a ninguno de los dos le agradó.
Justo en el Gran Consejo del 101 d.c. es donde la vida de Daemon se cruzaría con los pecados de Saera, aunque no tuvo interés alguno en ninguno de sus bastardos que tenían un reclamo por el trono de hierro, estuvo más que interesado en una de las acompañantes de ellos, Syra, una mujer que parecía ser sólo unos años menor que él, de piel pálida y unos ojos violetas, con cabello marrón que le llegaba hasta la cintura, aunque tenía tantas ondas que probablemente estirado fuera mucho más largo.
—¿Cuál es su precio? —preguntó sin descaro a uno de los bastardos en cuanto tuvo la oportunidad de estar cerca de ella.
—Ella no— intentó hablar molesto el joven pero lo interrumpieron.
ESTÁS LEYENDO
Sangre Targaryen
FanfictionQuizás no lleven el mismo apellido, o no tengan los mismos padres, su historia hasta ese punto fue distinta para cada uno, pero comparten algo irremediablemente más fuerte, la sangre del dragón corriendo por sus venas. Jóvenes, pasionales, volátiles...