ENEMISTAD
«Visenya tenía pocos aliados, uno ya la había abandonado y ni lo sabía, sin embargo ese no era el peor de sus problemas, sino el hecho de que no sabía a quiénes debía evitar como sus enemigos, ella misma estaba cavando su tumba con eso»
Sir Arryk se dirigió hasta el jardín, y cómo lady Syra había asumido, el príncipe Aegon estaba ahí, junto a su hijo y lady Gael. Él se acercó y se sorprendió de ver a su hermano junto a ellos, debería ser normal ver eso, pero lo cierto es que, antes de la jovencita, el príncipe se escapaba constantemente de su vigilancia.
—Mi príncipe, se me informó que me estaba buscando.
—Ya vuelvo —le habló a su hijo y a su amante antes de levantarse para acercarse al caballero—. Desde hoy, cuándo no estés al servicio de mi padre, estarás con tu atención fija en mi hijo, y por ende en Gael que es quién lo cuida.
Sir Arryk sabía que lo del príncipe Jaehaerys era simplemente la excusa para que no se niegue a cuidar a Gael, y era efectivo, porque ahora no podía decir que no.
—Si es lo que ordena mi príncipe.
—Mira, seré claro, la asquerosa de Visenya tiene una manía con Gael, cualquier cosa que ella haga para herirla tanto física como mentalmente tienes todo mi permiso de interceder, es más, estás obligado a hacerlo, porque si me entero que dejaste que le suceda alguna cosa cuando podías hacer algo al respecto voy a hacer que te despellejen vivo, ¿escuchaste?
—Sí, mi príncipe.
Y desde ese día sir Arryk tuvo que acatar la orden del príncipe, no estaba en contra de lo que le pedía, pero ciertamente le causaba curiosidad, desde que lo conocía (desde que nació) jamás lo vio interesado en cuidar a una mujer como ahora, ni siquiera a su propia esposa, que aunque se sabía que no amaba, era a la única que mínimamente trataba con algo de respeto.
Volviendo a Jaehaerys, el niño ya tenía sueño, corretear tanto tiempo lo dejaba exhausto.
—Gaaa, mimir —musitó mientras volvía hacia su tía y le estiraba los brazos.
—Ven, te llevaré a dormir —respondió alzándolo.
El pequeñito se acurrucó en los brazos de ella, Aegon le acarició la cabeza a su hijo antes de mirar a Gael, se veía adorable cuidándolo.
—Yo quiero molestar un poco a mi hermano, así que iré contigo.
—De nada servirá que intente decirte algo, ¿no?
—Nop, no lo hará —besó su mejilla sonriendo.
—Aegon.
—Nadie me vio, bonita, no te preocupes.
Y ambos comenzaron a caminar, detrás de ellos iban ambos gemelos de los Capas Blancas. Aegon fue quién abrió la puerta de golpe, y la habría estampado si fuera posible, pero no lo hizo porque eso despertaría a su hijo. Dentro de los aposentos de Helaena, estaba ella, Saera, Aemond y evidentemente su esposa.
—Princesa, príncipe, lady —saludo por cortesía Gael mientras llevaba al pequeño a la cuna.
—Háganme lugar —dijo Aegon mientras miraba fijamente a Visenya.
—Por supuesto, cuñado —respondió con una sonrisa falsa Vi.
—Pensé que odiabas tomar el té —habló su esposa, no le agradaba su intromisión.
—Lo hago, pero Aemond estuvo mucho tiempo afuera y quiero pasar tiempo con él —dijo mientras tomaba asiento entre Saera y su hermano.
Habían quedado en ronda de la siguiente manera: Aemond, Visenya, Helaena, Saera y Aegon.
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Sangre Targaryen
FanfictionQuizás no lleven el mismo apellido, o no tengan los mismos padres, su historia hasta ese punto fue distinta para cada uno, pero comparten algo irremediablemente más fuerte, la sangre del dragón corriendo por sus venas. Jóvenes, pasionales, volátiles...