[44: PRIMER PASO]

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PRIMER PASO

«Por más largo que sea el camino, por más duro, por más misterioso, es más difícil dar el primer paso que todo el camino. Por eso a veces uno se queda trabado por miedo antes de empezar algo, abandonando la meta sin siquiera intentarlo. El más difícil es el primer paso, pero también el más importante.

Admitir lo que sentimos, ponerlo en palabras, hacer algo al respecto son primeros pasos, unos que nos acercan aún más a poder tener a quién queremos, quizás no siempre lleguemos hasta el puerto, pero si no salimos nunca del muelle tampoco tenemos una historia, un aprendizaje, nada.»
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Los dedos de Gael dibujaban figuras por el vientre desnudo de Baelon que aún estaba algo adormilado. Aegon estaba totalmente dormido con la cabeza apoyada en el pecho del joven, con todos sus cabellos desordenados, tanto como los de su primo.

—¿No te da miedo? —musitó Bae.

—¿Qué cosa? —preguntó la joven levantando la vista a él.

—Que todo esté tan calmado, tan perfecto.

—Supongo que también tienes esa sensación de que en cualquier momento algo trágico va a pasar.

—Sí, y quiero estar listo si algo así sucede.

—A veces sueño con el incendio, y tengo miedo que sea algún tipo de aviso, o algo... pero jamás pasa nada, así que simplemente intento ahogar la sensación —le confesó mientras pasaba su mano a la mejilla de Aegon, luego la acarició con cariño—. Si algo horrible se acerca le haremos frente, hasta eso deberíamos disfrutar lo bueno que tenemos ahora.

—Papá dijo que hoy nos iba a comentar qué decidió de tu casamiento —mencionó entonces sonriendo.

Baelon no necesitaba para nada casarse para ser feliz con Gael, no necesitaba que todos lo llamen su esposo, o escuchar de su boca esa frase, no necesitaba estarla presumiendo por las fiestas. Él estaba bien con ella así como estaban, con Gael teniendo un futuro asegurado y prometedor, con poder besarla y hacer lo que quisiera dentro de la habitación, viéndola sonreír para él, eso era más que suficiente para hacerlo feliz.

—Estoy un poco nerviosa por eso —confesó sonrojada—. Significa preparar una hermosa boda, juntar oficialmente habitaciones, al menos un poco menos de secretismo en nuestra amplia relación. Ya sabes, cambios —relató con una sonrisa.

Esa mañana se sintió larga, demasiado, Gael no era la única que estaba ansiosa por tener una respuesta. Tanto Aegon como Aemond querían casarse con ella, sin embargo estaban bien con la idea de que su hermano lo hiciera si se diera el caso. Al final, aunque les gustaría presumir a Gael como «su esposa», sabían que, de no ser así, tampoco cambiaría la relación que ellos cuatro ya tenían.

Aunque luego harían un anuncio formal, la primera vez que Daemon se los diría sería en la privacidad de sus aposentos, para poder hablar sin tener que cuidar sus palabras de los oídos de la corte.

—Ya que mi hija se niega a elegir, y ambos son lo suficientemente buenos para ella, tuve que elegir pensando en lo que pasará en el futuro —relató Daemon sentado en la mesa con ellos—. Dado que Syra es mucho mejor pensado en las cosas que suceden dentro del castillo escuché sus opiniones y me basé en eso...

—Sí, sí, muy bonito todo, pero di el nombre de una maldita vez y después explica, el suspenso no nos agrada —interrumpió Baelon, los otros tres asintieron con la cabeza.

—Igualitos a ti —habló, la mujer, luego de reír y apoyarse en el hombro de él.

—Aegon, con Aegon será —respondió molesto de que no lo dejaran explayarse como quería.

Sangre TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora