[49: JUNTOS]

104 11 0
                                    

{Al subir el capítulo pasado me salía como que estaba subido con éxito, pero no la notificación. Así que asegurense de haber leído el otro antes de empezar éste.}

⊱⋅ ──────────── ⋅⊰

JUNTOS

«Aquella boda podría ser entre Gael y Aegon para la gente de Westeros. Algunos podían notar que Gael le pertenecía a Aemond también. Muy pocos sospechaban de que Baelon y Aegon tenían algo entre ellos. Y un número muy reducido sabía que aquellos jóvenes estaban juntos entre ellos cuatro.»
⊱⋅ ──────────── ⋅⊰

Gael era, sin duda alguna, hermosa y hacía suspirar a cualquier hombre que se cruzaba en su camino, no era algo raro, era algo más que común. Pero aquel día decir que era preciosa era poco, la joven se veía sublime en su vestido blanco, uno que tenía bordado a tres dragones con hilo plateado.

Quizás eso levantó los celos de Baelon, Aegon y Aemond. Quienes estaban acostumbrados a que aprecien a Gael, no a que se le queden mirando sin descaro por horas, no a adulaciones que duraban toda una conversación entera.

Era un banquete abundante de carnes variadas y de vinos importados desde todo Westeros. No se había visto algo así de grande desde la boda de sir Laenor junto a la princesa Rhaenyra. Daemon, como rey regente, no iba a perder la más mínima oportunidad de darle a sus hijas simplemente lo mejor que podía para sus bodas, porque aunque la de Gael y Aegon es la que abría la semana de eventos, no significaba que las bodas de Rhaena o Saera serían menos que eso.

—Les agradezco a todos por su asistencia hoy —habló Daemon luego de que las puertas del salón se hubieran cerrado—. Mi hermano daría un discurso mucho más formal que el mío, pero es una pena que su estado no le permita asistir. Ver a los novios en privado y darles nuevamente su bendición es lo que ha hecho hoy, en tanto aquí tendrán que soportarme a mí —mencionó con una sonrisa soberbia, una destinada a algunos lords que todavía se mostraban reacios a la idea de que él sea rey regente. Las demás personas rieron ante su ocurrencia—. Estoy tan feliz de que mi adorada hija Gael se case con mi querido sobrino Aegon —dijo de manera acertada, aún cuando la palabra «hijo» le daba vueltas por la mente—, son afortunados de haber encontrado el amor, y todos ustedes de poder presenciar tan importante unión.

Y no era necesario que dijera más que eso para que todos entendieran entre líneas: Aegon era el primogénito varón del rey, y la heredera estaba aislada en Dragonstone desde que Viserys I había dejado a Daemon, el padre de Gael, como rey regente. Sus intenciones eran más que claras: Aegon y Gael como los futuros monarcas.

—Sin más vueltas, comamos antes de que la comida se enfríe —mencionó divertido luego de haber pedido un aplauso para los novios.

Aegon había pasado el brazo por los hombros de Gael, como si acaso eso pudiera evitar que todos la miraran como lo hacían, sin darse cuenta que si no habían dejado de hacerlo aún en su propia boda un acto tan simple no iba a cambiar nada.

Luego de el segundo plato, como era de esperarse, Aegon y Gael abrieron el baile juntos y, al terminar la pieza que estaba sonando, el príncipe la besó apasionadamente sin importarle que debía esperar hasta compartir sus votos. Otro intento incesante de que dejaran de ver a su futura esposa. En cada baile cambiaban de parejas, pero Gael sólo bailó con su padre, con Daeron, Baelon y Aemond. Antes de que le tocara con alguien más procedió a sentarse dejando a muchos desilusionados.

—En una semana todas mis hijas estarán casadas —comentó Daemon mientras bailaba con Alicent, lo bueno de intercambiar parejas en los bailes era que no se veía mal que él lo hiciera con la esposa del rey... o quizás sí, pero no le interesaba.

Sangre TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora