[30: CRECER]

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CRECER

«La mayoría cuenta el tiempo en los años que pasan desde que nacieron; otros con el cambio del cuerpo, la altura, los cambios hormonales, los rasgos más adultos; no hay que olvidar que los ya nombrados pueden pasar y una persona permanecer igual, sin embargo los eventos que nos ocurren, cómo reaccionamos a ellos, todo eso nos obliga muchas veces a cambiar, a crecer. Baelon tomó decisiones que lo hicieron un "hombre" cuando aún era joven, y aunque físicamente Saera era una mujer sin dudas se convirtió en una cuando la desilusión tocó a su puerta.»

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Era el primer día que Helaena le había pedido que no fuera a sus aposentos, ni como amante ni como dama de compañía. Según sabía era por Visenya, había todo un misterio sobre ella, Aemond, Aegon y su hermana. La verdad no le parecía adecuado inmiscuirse así que se alejó del tema lo más posible, hizo oídos sordos a los rumores, no visitó a ninguno de los cuatro, aún si dos de ellos estaban enfermos, y siguió con sus propias tareas. Por supuesto preguntaba por la salud de su hermana, a veces a Syra, a veces a Rhaena.

Aprovechó lo que consideraba su día libre para salir al jardín interno, dio algunos pasos sin rumbo alguno y respiró el aire fresco que tenía el olor a flores que estaban abriéndose, la lluvia fue intensa, sin embargo en vez de destrozar las plantas pareció darle lo que necesitaba pues todas se veían bajo el sol aún más hermosas que antes de la primera lluvia.

—Mi lady, ¿podría acompañarla? —Lucerys caminó hacia ella con paso seguro.

—Por supuesto, mi príncipe —respondió girándose y sonriendo.

El par había logrado construir una bonita amistad, aunque Luke esperaba algo más podía conformarse con eso, por el momento.

—¿Podría consultar por qué se encuentra tan sola?

—Puede, lo cierto es que hoy podría decirse que estoy libre —pronunció aquella última palabra con algo de nostalgia.

—¿Sería muy egoísta de mi parte intentar apropiarme de dicha oportunidad?

—Lo es, pero me agrada la idea —respondió con una melodiosa voz.

—He sabido que Bluefyre creció bastante desde la última vez que nos vimos, ¿me daría el honor de ir a verlo, lady Saera?

—Que el príncipe Lucerys quiera ir a verlo es un honor para mí —respondió aceptando el brazo que él le acercó para caminar juntos.

A Luke le gustaba escuchar todo lo que ella tenía para decir, todo le parecía fascinante, quizás porque estaba en la cumbre más alta de su enamoramiento. Charlaron todo el viaje en el carruaje de cosas simples, del que fue el día a día de Saera antes de llegar al castillo, uno muy alejado de lo que podría ser un día del príncipe. Conoció uno de los pasatiempos más curiosos que pudo escuchar, a ella le gustaba cocinar, y su pequeño sueño alguna vez fue tener su propia mini huerta, le confesó que en uno de sus onomásticos, su madre le regaló una maceta con una planta de tomates, una que tuvo que regalarle a una amiga, si la dejaba en su casa moriría, y sabía que no iba a estar bien visto que lo lleve a la fortaleza. «A veces, mientras duermo, tengo el sueño de que vuelo lejos de aquí, que me asiento en una pequeña granja, que vivo años ahí y tengo un par de hijos, que veo el amanecer con mi dragón, que paso el atardecer con mis niños, que termino el día en cama con mi esposo. Una vida sin lujos, pero hermosa» esbozó con una sonrisa en un momento Saera, y aunque mencionó que era sólo un sueño declaró que en su mente se veía muy vívido, que a veces podía sentir el olor a tarta recién horneada. Luke avergonzado le pidió ser parte de ese sueño, ese único capricho quería pedirle, pero ella volvió a mencionar que no era algo que soñaba despierta, que no era un deseo a futuro, simplemente era un sueño al dormir, Lucerys insistió en que por eso se lo pedía, porque así no se ataba a él en la vida real, pero le confería aquella felicidad en sueños. De alguna manera fue la confesión de amor más bonita que pudo imaginar y aceptó, en sueños, si es que podía su mente dormida formular a una persona en el lugar, iba a ser Lucerys, y nadie más que Lucerys. Él en vez de tomarlo como que sólo en el imaginario estarían juntos, decidió que sería la primera victoria, que algún día conseguiría lo mismo en la vida real.

Sangre TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora