[43: RESPIRO]

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RESPIRO
«Dicen que después de la tormenta viene la calma. Y muchos de ellos lo necesitaban, poder respirar tranquilos, sin sentir la presión sobre ellos asfixiandolos.»
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Caraxes y Syrax aterrizaron en Dragonpit. Tanto Rhaenyra como Viserys y Aegon (que habían viajado en los dragones de sus padres) subieron a un carruaje, cuando Daemon lo iba a hacer sir Arryk no se lo permitió.

—Lo siento, mi príncipe, el rey ordenó que usted viajará en el siguiente carruaje —habló luego de cerrarle la puerta.

—¿Por qué razón?

—No me compete a mí decírselo.

—Pero lo harás de igual manera —ordenó.

—Hubo un conflicto la noche anterior, en el que el príncipe Lucerys perdió su ojo a manos de su hermano, el príncipe Jacaerys —narró y tragó grueso—. Ellos no fueron los únicos involucrados, su hija, la princesa Saera, se encontraba ahí y sufrió algunos daños.

—¡¿Jacaerys lastimó a mi hija?!

—Sí, mi príncipe, como castigo por sus múltiples actos ha perdido sus títulos y será mandado al muro para servir como un guardia de la noche.

—¡Debería matarlo por lo que hizo! —bramó apretando sus puños.

—Es por esa misma razón que el rey ordenó que, hasta que se marche, ustedes dos no estarán en el mismo lugar ni una vez.

El funeral contó con la presencia de los reyes; de la heredera y sus hijos (sin contar a Lucerys que seguía en cama); de lord Corlys, su esposa y sus nietas Baela y Rhaena, aunque ésta última no estaba cerca de ellos, sino con sus hermanos; de Aemond, Aegon y Daeron que estaban en contra de su voluntad, pero nada habían podido hacer al respecto. Fue tenso, y aunque no fue un funeral muy largo, la verdad es que para todos se sintió eterno.

Jacaerys se marchó cuando terminó, y su madre fue a despedirlo aunque estuviera furiosa y dolida por lo que le hizo a Lucerys, pero quizás no volvería a verlo jamás, así que hizo todo su esfuerzo para que esa última vez sea un buen recuerdo.

Baela, ese mismo día, había tocado la puerta de los aposentos de Saera, y aunque Daeron se oponía a dejarlas solas, no tuvo más remedio que hacerlo cuando Saera sí aceptó.

—Quiero pedirte disculpas.

—¿Por qué en específico?

—Por lo que pasó con Jace. Él fue a verme, estaba borracho y furioso, quería saber de lo mío con Luke... Insistí en que no había nada, que sólo fue un plan mío para quedarme como señora de Driftmark. No necesité demasiado tiempo para darme cuenta qué es lo que le pasaba, él no me creía y no se iba, por eso yo fui quién la mandó a tu cuarto, supongo que al no encontrarte fue a verlo a Luke.

—Casi lo mata —reclamó furiosa entredientes.

—¿Qué podía hacer? ¡¿Dejar que se desquite conmigo?! Tenía pánico y es lo único que se me ocurrió.

—Pídele disculpas a Luke, yo con no volver a verte me conformo —habló intentando no dejarse cegar por la ira—. Si eso es todo, vete.

Baela, aunque tenía mala relación con su familia, no era el tipo de monstruo que alguna vez fue Visenya.

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Rhaenyra decidió quedarse en King's Landing hasta que su hijo mejore, y no dejó a nadie más que los maestres entrar a verlo.

Sangre TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora