Sangre Targaryen

[52: ORDEN]

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ORDEN

«La familia Targaryen era bien conocida por su manera caótica e impulsiva de ser, sin embargo eso no implicaba que toda su vida fuera un desorden. Ahora que las cosas parecían volver a una cierta calma, era el momento en que todo comenzará a acomodarse para el nuevo orden que se estaba instalando con el nuevo rey.»

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Los sirvientes rápidamente habían limpiado y arreglado los aposentos del rey, así que en menos de dos días había estado lista para que los reyes se trasladaran, y así lo hicieron. La cama nueva que Aegon quería no estaba lista, pero en su lugar se había colocado otra cama a lado de la ya existente, así que a fines prácticos servía para que los cuatro estuvieran juntos. Syra y Alicent le suplicaron que espere más tiempo antes de hacer algo así, por los rumores, pero él no hizo caso.

El día de la coronación Aegon y Gael estaban en dichos aposentos mientras Baelon había llevado a Alyra con Saera y Daeron; Aemond se encontraba con Daemon y Rhaena, ella había llegado al día siguiente del nacimiento de su sobrina, su esposo y su suegro acababan de llegar justo a tiempo para asistir a la coronación.

—Quizás debamos posponerlo para más adelante —habló Aegon.

—No, amor, estoy bien —dijo con voz suave.

—Aún estás pálida —susurró acariciándole la mejilla.

—Entonces tendrás que tener una coronación sin mí —respondió mirándolo a los ojos. Sabía muy bien que ya no lograría convencerlo de ir.

—No, tú y yo seríamos coronados juntos. —Arrastró las palabras con dolor, cualquiera diría que lo habrían apuñalado.

—No puedes posponerlo, todo ya está preparado para hoy.

—Soy el rey, hermosa, puedo hacer lo que quiera.

—No lo eres sin una coronación —replicó mirándolo a los ojos de manera seria.

—Gael, por favor, no puedo hacer ésto sin ti.

—Claro que puedes hacerlo —respondió dejándole un suave beso en los labios—, Aemond estará ahí contigo, sé que con él no puedes buscar un apoyo físico en público, pero él se asegurará que todo esté bien.

Aegon se quejó mientras se dejaba caer con cuidado sobre ella para acurrucarse en su falda, Gael le acarició con cariño el cabello. Odiaba abandonarlo así, no lo había sentido tan pesado en el funeral de Viserys, ni tampoco en el de Otto, porque realmente Aegon como Aemond asistían por puro protocolo, a ellos no les dolía demasiado esas pérdidas; pero la cuestión con la coronación era diferente, sabía que su esposo estaba nervioso y eso siempre solía sacar su lado más inseguro.

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Daeron acunaba a la pequeña Alyra en sus brazos mientras caminaba por sus aposentos. Baelon estaba sentado en el sofá junto a Saera, a la joven le gustaba recibir el calor de la chimenea que tenía enfrente.

—¿Crees que sea bueno que Gael vaya a la coronación? Ella siempre tardó demasiado en recomponerse, no creo que con tan pocos días esté lo suficientemente bien para salir —habló la joven mientras acariciaba su propio vientre.

—No irá, está demasiado débil aún, no le dije nada porque estoy seguro que Aegon lo hará por mí.

—Lo usas como escudo de la posible molestia de ella, eres un poco cruel —se burló luego de reírse.